domingo, 12 de diciembre de 2010

Aveiro 1 (Portugal) 2010 Arenales batidos por el Atlántico

Dunas con Ammophila arenaria C.M. Aguilar Gómez.
Hacía ya casi diez años que, leyendo un par de artículos de la revista Península, había puesto mi atención en este lugar de la costa portuguesa. Aquellos artículos hablaban de una amplia ría separada del mar por enormes arenales donde había permanecido un sistema de pesca llamado xávega. Ante la ausencia de puertos, en ese arte pesquero entraban al mar remando contra las olas, extendían un cerco de redes y luego lo arrastraban desde la propia orilla. Hasta hace unos años lo hacían con bueyes pero ya últimamente, los pocos que quedan, arrastran las redes con tractores.
 
 






Gaviotas sombrías Larus fuscus. C. M. Aguilar Gómez.
El lugar está lo suficientemente lejos desde Logroño como para ir un fin de semana y cuando he tenido más tiempo de vacaciones he buscado sitios más lejanos, así que no había encontrado el momento para ir hasta el pasado puente de diciembre. Para ver la pesca a xávega no era época pues no se practica en invierno, pero la ría, las playas batidas por el Atlántico y la propia ciudad de Aveiro eran suficiente atractivo, así que pasamos tres días por allí Iratxe y yo. Los extensos arenales que separan el mar de la ría son frecuentados en verano por muchos bañistas, pero ahora están completamente desiertos y esa panorámica contra el Atlántico me atraía mucho.  





Moliceiros. Canal de Aveiro. César María Aguilar Gómez.
El sistema dunar se extiende por casi un centenar de kilómetros de costa y me recuerda un tanto a las dunas del Asperillo entre Matalascañas y Mazagón, en Huelva. La continuidad solo se ve interrumpe a la salida de la ría en la localidad de Barra. Esa comunicación con el mar se abrió de forma artificial hace unos doscientos años. De esa manera se creo la ría tal y como la vemos hoy en día, permitiendo la comunicación del mar con la laguna o albufera que allí existió. A unos diez kilómetros desde la costa, siguiendo la marisma, se encuentra la ciudad de Aveiro, la tercera más importante del país. Para mí tiene un encanto peculiar y aunque no es una ciudad con mucho patrimonio tiene un ambiente muy tranquilo.




Barrio de pescadores. Aveiro. César María Aguilar Gómez.
A Aveiro la llaman la “Venecia portuguesa”, pero no es cuestión de comparar, pues eso es más un eslogan turístico que otra cosa. La ciudad italiana, que visitamos al regreso de nuestro viaje en furgoneta por Grecia el pasado año, es de impresionar y a mi me dejó boquiabierto. Aquí solo hay unos pocos canales que se adentran desde la ría, pero eso no le quita nada de encanto si evitas las comparaciones. En estos canales se encuentran unas embarcaciones muy coloridas llamadas moliceiros, en las que a modo de “góndolas” pasean a los turistas. En el canal principal se puede ver incluso un antiguo molino de marea con sus arcos de piedra sobre el agua, hoy reconvertido en galería de arte. Desde esta localidad pudimos recorrer la extensa ría y conocer algo más de la zona.

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