sábado, 3 de septiembre de 2011

Perú 44 (2011) Con los indios ashaninkas del Pichis

 Remontando las selvas con los del IBC. César Aguilar
En los varios días que pasé ocioseando por el Humboldt le propuse a Jesús hacer un viaje remontando el Pichis y visitar comunidades de indios ashaninkas. El caso es que estaba él solo cuidando el albergue y no podía dejarlo y la opción de ir con Aquiles, un guía que suele llevar a la gente del albergue, saldría muy cara para una sola persona. Con Aquiles estuve ya un día por la selva aprovechando que llegó un alemán y quería ver algo de los alrededores, pero a mí eso me supo a poco. Aún así aproveché esa salida para colocar la cámara de fototrampeo cebada con medio pollo para unos cuantos días. Al cabo de una semana las grabaciones dieron que unos buitres selváticos (Cathartes sp) se habían dado un festín, aunque había quedado grabado además mustélido, un manco (Eira barbara). Como alternativa Jesús me propuso que hablara con la gente de una ONG que estaba en Puerto Bermúdez y sabía que iban a salir varios días remontado el Pichis para unos trabajos con las comunidades ashaninkas. El conocía a una chica que trabajaba en la oficina y me dijo que me presentara allí y que les propusiera compartir gastos e ir con ellos. Al final ni me cobraron.



Playa donde levantamos el campamento. C. Aguilar
Estuve hablando con los de la asociación, el Instituto del Bien Común (IBC), que me aceptaron para acompañarles en sus trabajos de campo. En realidad llevaban un proyecto de gestión de los recursos piscícolas de la cuenca del río. En otros momentos habían hecho trabajos de campo, inventarios de peces y talleres de viveros para reforestar las riberas del río, pero ahora me advirtieron que el trabajo que tenían que hacer era algo distinto. Estaban fortaleciendo procesos de participación con las comunidades ashaninkas para que adquirieran compromisos de conservación y ordenación de la fauna piscícola. En términos llanos, reuniones, reuniones y más reuniones de esas interminables y formales que tanto gustan a los peruanos, de las salen pocas conclusiones y se dan mil vueltas a las mismas cuestiones.

 

Indígena ashaninka con su retoño. C. Aguilar
En realidad, mas me hubiera gustado participar en los inventarios de peces pero aquello ya lo habían acabado así que me apunté a esta opción para subir a la zona. Como barquero llevamos a Aquiles que yo ya conocía. Durante cinco días estuvimos visitando unas cuantas comunidades de las que se asienta a orillas del Pichis. Con algunas ya habían trabajado antes y sabían de que iba, otras fueron más recelosas con nosotros. También andaban haciendo un mapeo de usos en los terrenos de las comunidades para elaborar un SIG, con idea de ordenar los recursos y sus aprovechamientos. En toda la cuenca hay una sobrepesca tremenda, donde antes había abundancia ahora cada vez hay menos. El incremento de población está presionando sobre los recursos del río hasta niveles críticos y andan abusando de redes, plantas tóxicas y hasta dinamita. Normal que se acaben los peces.

 

Casa tradicional de dos plantas ashaninka. C .Aguilar
Después de muchas reuniones, mapeos colectivos y demás, me quedó la sensación de que la repercusión real de esos trabajos en el día a día de la gente era poca, a pesar de que los fines podían ser buenos y la gente de la ONG bienintencionada…, pero en fin. Los días que estuvimos allí montamos el campamento en una playa de arena del río. Allí no hay apenas mosquitos pues es un río selvático pero no de llanura, sino ya cercano a las sierras y el paisaje del entorno espectacular. Con Aquiles, mientras los de la asociación trabajaban, a veces nos íbamos a ver aves por los alrededores ya que  a él le interesaba mucho lo que yo le contaba. El me contaba también muchas cosas interesante, sobre todo de la época en la que el río tenía menos población y había aún muchos caimanes y capibaras. Hoy en día es imposible ver ninguno, acabaron con casi todo a mediados de los ochenta cuando llegaron los comerciantes y pagaron las pieles. También aprendimos un buen número nombres de las aves en el idioma ashaninka, preguntando y charlando con la gente. De todos modos esto es la selva real, no la de los poblados turísticos de los parques nacionales.

 

Mapeando usos en una comunidad. C. Aguilar
Los ashaninka tienen una cultura propia comunitaria, una lengua y todo eso pero visten y hace vida similar a la del resto de peruanos de la selva. Para ver otra cosa habría que haber llegado hace varias décadas. Hoy hay escuelas con enseñanza bilingüe, los niños llevan uniforme escolar y el jefe de la tribu saca su libro de actas registrado y sellado por el municipio. Aun así siguen llamando a la asamblea con una concha de caracol gigante, de esos tan comunes en las selvas y que vi por primera vez en Alto Mayo. Estas fueros algunas de mis últimas imágenes por las selvas amazónicas ya que mis días por Perú ya se estaban acabando. Regresé al Humboldt me despedí de Jesús y camino a Lima nuevamente volví a cruzar el puerto del Ticlio sobre los Andes. En sus altas cumbres la nieve espolvoreaba el paisaje. Atrás dejaba tres meses amazónicos que no olvidaré fácilmente.

4 comentarios:

  1. Increíble César, enhorabuena por todo lo visto y vivído al otro lado del charco. Me quito el sombrero, lo tuyo no ha sido un viaje, sino toda una experiencia que no todos nos atreveríamos a vivir.
    Gracias por compartirla a traves de tú blog.

    Un abrazo!

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  2. Me alegro que te guste, yo tambien he disfrutado mucho reviviendolo para este blog.

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  3. Cesar qué fantástica entrada, es gratificante que personas apasionadas por la naturaleza trasmitan ese amor de una manera tan simple y amena... soy pésimo con ciencias biología o botánica y envidio este tipo de profesiones de gente como tú que hace este tipo de cosas (y mejor si es en mi país) pero al mismo tiempo me gusta leer este tipo de cosas... qué buena idea esto de fusionar tu profesión con los viajes... un abrazo, nos vemos en la ruta

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  4. Hola Pablo, comentarios amables como los tuyos hacen más gratificantes los ratos que paso rescatando datos y anecdotas de diarios y cuadernos de campo de los viajes. Por cierto bonito blog el tuyo tambien. Saludos

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