lunes, 15 de febrero de 2016

Los kayaks son para el verano. El Ebro más cercano 2

 2 tramos de kayak en Ebro en La Rioja Alta y Baja.
El pasado año solo hice un par de recorridos por Ebro, en primavera y otoño, pareciera que para llevar la contraria al título de esta entrada. Entre medio una escapada para conocer un tramo del Duero en Soria, muy bonito a nivel de paisaje pero, entre nosotros, hay mucha más vida en el Ebro aunque siempre está bien salir por ahí afuera.

El recorrido de mayo fue por La Rioja Alta entre Haro y San Vicente de la Sonsierra, con Carlos Álvarez y Enrique Alsina, por un tramo que recorre los paisajes del vino y los viñedos aunque embutido en el río ni te enteras, estás en tu propio mundo. El  de otoño fue por La Rioja Baja entre Pradejón y San Adrian en un tramo bien distinto, solo hay que ver el aspecto en Google Earth. En esa ocasión fue con Carlos Álvarez y Juan Diez del Corral. En ambos recorridos, como casi siempre, para mí el aspecto deportivo resultó secundario. 

  
Canales con árboles caídosC.M. Aguilar Gómez.
El río en La Rioja Alta discurre en cierto modo encajado, no siempre con cortados próximos al agua, pero sí encorsetado dentro del paisaje. Se ve bien en las imágenes de Google Earth. En ese tramo las orillas son profundas y hay muy pocas de las playas de grava tan características de La Rioja Baja. Por ahí los sotos de ribera tienen poca llanura aluvial donde crecer, aunque aguas abajo de Gimileo aparecen varios canales laterales con islas arboladas. Son una delicia para sumergirte entre la vegetación de ribera y su trajín de cantos de aves, pinzones, chochines, petirrojos, escribanos soteños… También, en ese tramo, los canales asociados a un azud vadeable dan vidilla al recorrido.

 


Molino Briones. C.M. Aguilar Gómez.
El recorrido nos regaló presenciar la puesta de dos sapos comunes dejando su cordón de huevos, algo que no había visto nunca desde el kayak. También encontramos una pequeña colonia de cormoranes nidificantes. Estas aves son habituales en el Ebro, especialmente a partir de otoño, pero su nidificación es realmente rara. De todos modos lo inaccesible de esa ribera hace que sea difícil ver los nidos desde la orilla, no así desde un kayak. Es en esos momentos cuando tengo la sensación de estar recorriendo sitios realmente salvajes, aunque sepa que estoy a solo un paso del humanizado valle del Ebro y su vega agrícola.

En ese tramo también pudimos parar a disfrutar de una de las edificaciones abandonadas más impresionantes que he visto junto al Ebro, uno de los varios molinos que hay en Briones. Se trata de una auténtica fortificación en ruinas visible a pie de agua, ya que desde tierra apenas se intuye al tener el acceso cubierto de zarzas... ¡y eso que tuvo tres pisos de altura! El recorrido de otoño, entre Pradejón y San Adrian, discurrió también por un tramo realmente interesante. Como siempre Juan Díez del Corral lo ha dejado bien documentado en su blog

 

La calma del río en otoño. C.M. Aguilar Gómez.
Es curioso comprobar lo distinto que puede ser el río de una zona a otra de La Rioja. El curso del Ebro, a partir de Logroño, se adentra en un tramo del valle donde predominan los materiales blandos. Atrás quedaron los cortados de areniscas y arcillas que lo encorsetaban en La Rioja Alta y, pasado Logroño, encuentra más margen para divagar. De vez en cuando aparecen cortados de yesos en una de las orillas que hacen de contención a la migración lateral del río. Los cortados de yesos son “blandos” por naturaleza, la lluvia y las crecidas les socavan la base, son “gigantes con pies de barro”. Con motivo de lluvias y crecidas algunos pedazos de esos "milhojas minerales" caen del cortado y abajo el río los engulle con glotonería.
 


Explorando minas del "milhojas". Foto: Juan Díaz.
En algunos, además, hay minas antiguas muchas ya inaccesibles. En el tramo que recorrimos, entre Pradejón y Calahorra, conocía unos cortados con minas antiguas, unas que pertenecen a la localidad de Andosilla. La última vez que pasé por allí solo las vi desde el agua, pero esta vez no dejé pasar la oportunidad de subir.  Quién sabe cuando durarán ahí. A día de hoy el río ha socavado el cortado y el antiguo camino por la orilla se ha desplomado. Ya solo hay acceso desde el agua y, si hay nuevos desplomes, quizás por poco tiempo. Solo por encontrar sitios así el Ebro merece mucho la pena internarse en sus aguas.

2 comentarios:

  1. Mira a ver si arreglas lo de mi apellido, ja ja ja (pareces un sabio despistado) y nos sentamos ya una tarde a planificar salidas para este año ¡que los reyes me trajeron un kayak! -historia, claro está, que también conté con todo lujo de detalles: http://montesyarquitectura.blogspot.com.es/2016/02/195-la-botadura-del-kayak-amarillo.html

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    1. Solucionado... (qué desastre con tus apellidos no había escrito ni uno bien!) Bonito kayak... por mi parte compartiremos tramos a partir de primeros de abril cuando las riberas se vistan con las flores de sauces, alamos, olmos, fresnos...

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