viernes, 23 de marzo de 2018

Ghana 1 (2017) Viaje a las selvas de las Guineas

Selvas de las Guineas en Ghana.  C.M. Aguilar Gómez.
Los países situados en el golfo de las Guineas no son un destino muy habitual en el continente. Algunos están inmersos en conflictos, otros son poco seguros y la mayoría tienen pocas facilidades para los turistas. Al menos respecto a los estándares de países del este y sur de África.

Con relación a la naturaleza, la región atesora los retazos de un ecosistema único y diferenciado dentro del continente, las llamadas selvas de las Guineas. Un bosque húmedo con una superficie diezmada por siglos de explotación y tala que, como otros ecosistemas tropicales, alberga una enorme diversidad biológica.


 



Colobo en bosque Boabeng-Fiema C.M. Aguilar Gómez.
El país más amable que, mi amigo Iván Sánchez y yo, encontramos en 2017 para visitar esta región natural fue Ghana. En agosto de ese año dedicamos un par de semanas a recorrer parte de su territorio con un todoterreno. Queríamos conocer sus selvas, pero no solamente.

De norte a sur, el paisaje de Ghana responde a un gradiente de humedad que va desde las selvas tropicales  junto a la costa, a las sabanas guineanas y sudanesas al norte. Es un patrón general que se repite en otros países del golfo de Guinea con algunas variantes locales. 





Lago oligotrofico de Amanzuri. C.M. Aguilar Gómez.
El viaje formó parte de ese deambular por ecosistemas africanos en el que Iván se embarcó hace algunos años para documentar un libro sobre las regiones naturales del continente. Y desde hace un tiempo también yo.

En 2015 Iván y yo visitamos las selvas centroafricanas en Gabón con ese mismo propósito. Un viaje que ya conté por este blog y que fue mi inmersión en el centro del continente. En 2017, coincidiendo con nuestras vacaciones laborales, planeamos visitar la otra gran región de selvas de África, la de las Guineas o Altas Guineas que es como se conoce a los bosques húmedos al oeste de Togo.

 

 

Entrada del bosque de Bonkro.  C.M. Aguilar Gómez.
Para el viaje por Ghana contratamos un coche con conductor. Esta vez, a diferencia de lo sucedido en Gabón, dimos con tipo que nos entendió. El turismo pocas veces sale de la costa y de un par de parques nacionales y así que nuestro conductor nos facilitó mucho las cosas para encontrar sitios tan poco señalizados.
 

El recorrido comenzó en Accra para dirigirnos a Kakum, el parque nacional de selva más visitado y, probablemente, el único con servicios e infraestructuras medianamente accesibles para su visita. Intentamos otro parque de selva cercano, Ankasa, pero desistimos ante las dificultades que encontramos.




Recorrido por Ghana, agosto 2017.
En la costa visitamos el Lago Amanzuri, un precioso humedal de aguas oligotróficas. En Bonkro fuimos a la búsqueda de una de las aves más extrañas, tímidas y amenazadas de las selvas de las Guineas, el picatartes cuelliblanco (Picathartes gymnocephalus).

A Boabeng-Fiema fuimos a ver cercopitecos y colobos en un bosque donde los primates se han conservado por un tabú cultural que impiden matarlos. No es así en otras partes del país. De ahí viajamos al parque nacional Mole, al norte el país, y completamos el recorrido por el santuario de Owabi, la reserva forestal de Bobiri, la cordillera de Atewa y, para acabar, las Shai Hills.

sábado, 10 de marzo de 2018

Partir parar contar (libro)


Partir parar contar. 
Un clandestino rumbo a Europa
Mahmud Traoré y Bruno Le Dantec.
(Biblioteca de La Rioja: 308 TRA par)

Todo aquel al que le gustan los viajes debiera leer este libro. Y más aquellos fascinados con los viajes por África. Acostumbrados a ver nuestros viajes como pequeñas “epopeyas” de las que en el peor de los casos volvemos con alguna diarrea, el viaje de Mahmud Traoré golpea con fuerza nuestro confort.

En el sur de Europa conocemos bien la continua llegada de migrantes africanos que se juega la vida en el paso del Mediterráneo. Lo que ya conocemos menos es de dónde sale exactamente toda esa gente, sus rutas y por qué arriesgan tanto para llegar a Europa buscando un camino que han de inventarse.

La historia de Mahmud comienza en la región senegalesa de la Casamance y transcurre durante tres años y medio que le lleva alcanzar Sevilla. Para ello ha de atravesar primero el desierto del Sáhara y después recorrer los países del Magreb hasta la ciudad de Ceuta, donde protagoniza uno de los asaltos a la valla fronteriza en septiembre de 2005. las dos primeras veces fracasa y es abandonado a su suerte en la frontera argelina, en pleno desierto. Pero vuelve de nuevo. A pie. Y a la tercera lo consigue.

El relato fue recogido de forma oral en 2010 en Sevilla y transcrito por Bruno Le Dantec para este libro. Conocemos con él la secuencia completa de un fenómeno del que apenas vemos un fotograma en las noticias. Es su historia personal, pero es la de otros muchos migrantes que pagan un precio tan alto en vidas que nos es difícil de imaginar. Un libro imprescindible por muchas razones.





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