viernes, 20 de julio de 2018

Ghana 10 (2017) El arboreto de Bunso y la sierra de Atewa

Bóveda forestal en Bunso. Foto: C.M. Aguilar Gómez.
En el camino de regreso hacia Accra hicimos parada en un par de lugares del sureste de Ghana. El primero fue el arboreto de Bunso, un pequeño fragmento forestal con poco más de 16 hectáreas orientado al uso público.

Uno de los atractivos del arboreto es que cuenta con un sistema de puentes colgantes idéntico al del parque nacional Kakum. Al parecer, el mismo constructor de las pasarelas de aquel espacio vio el filón para el turismo y se hizo una infraestructura igual para sí  en un pequeño fragmento forestal.

 



Malimbo (Malimbus rubricollis). C.M. Aguilar Gómez.
Aprovechamos de nuevo para echar un vistazo sobre la bóveda forestal del bosque tropical. Ahí estaban las trepadoras encaramándose a los árboles, los helechos saturando el espacio de las ramas altas y, de vez en cuando, algunas hojas de orquídeas epífitas o higueras asesinas empezando a descolgarse desde lo alto.

En cuanto a aves, por allí andaba el toco blanquinegro de Guinea (Lophoceros semifasciatus), la especie más común de ese tipo de grandes aves en Ghana. Más raro fue observar al inseparable carirrojo (Agapornis pullarius), uno de los pocos loros de África, una familia con muy pocos representantes en ese continente a diferencia de lo que suceden en Sudamérica.



Gecko (Lygodactylus conraui). C.M. Aguilar Gómez.
Otro ave singular que, en todo el viaje, solo vimos aquí y en desde la pasarela de Kakum, fue el precioso Malimbo cabecirrojo (Malimbus rubricollis). Pero el propio arboreto y parte de su entorno es un bosque secundario, de modo que por allí había aves más generalistas como el suimanga acollarado (Hedydipna collaris) o el estornino espléndido (Lamprotornis splendidus).

En la zona con edificios de uso público del arboreto a punto estuvo de pasarnos desapercibido el gecko diurno Lygodactylus conraui. Con un colorido que se confunde con el ambiente y su diminuto tamaño, recorre los troncos de las zonas abiertas. 




Bosque Sierra de Atewa. Foto: C.M. Aguilar Gómez.
Tras la visita al arboreto nos dirigimos a la sierra de Atewa, una de las pocas elevaciones con que cuenta el paisaje de Ghana, que albergan gran cantidad de especies endémicas. Ya solo por eso es un sitio singular. Sin embargo, no está dentro de ninguna figura de protección más allá de ser una reserva nacional forestal, lo que la deja bastante vulnerable a corto y medio plazo.

El propio guía del arboreto fue quien nos llevó a la sierra pero, al cabo de la mañana, descubrimos que a lo sumo habría estado allí entre una y ninguna vez. Probablemente lo segundo. Cosas que pasan en África con los guías.





Cascada Sierra de Atewa. Foto: C.M. Aguilar Gómez.
Con el guía fuimos a pedir permiso al jefe de la población más cercana para poder acceder a la sierra, un tipo que trató de cobrarnos como si fuéramos a extraer diamantes. Afortunadamente estaba de farol. Finalmente, por un precio razonable, nos encaminó hasta una trocha donde nos pusimos a caminar.

La pista nos llevó hasta un cascada situada en un ambiente umbrío y oscuro del bosque. Más allá, ascendimos por una ladera con árboles maderables plantados en medio del bosque, por un camino usado por furtivos y madereros ilegales. Arriba, en la meseta arbolada de la sierra, debían estar los helechos arborescentes pero, llegar a ellos ya no era sencillo. Nuestro guía conocía aquello tan poco como nosotros así dimos por terminada la visita.

domingo, 1 de julio de 2018

Ghana 9 (2017) Bobiri, santuario de mariposas

Piptadeniastrum africanum C.M. Aguilar Gómez.
No muy lejos de Kumasi, existe otra pequeña reserva forestal de gran interés. Se trata de un pequeño fragmento de bosque que fue protegido inicialmente como parcela experimental por el Instituto de Investigación Forestal de Ghana. Más tarde vieron su potencial para la conservación de las mariposas y crearon una reserva centrada en ellas. Acondicionaron un alojamiento para visitantes y se orientó hacia el turismo de observación de mariposas. 

Tengo que decir que la reserva y su alojamiento es uno de los sitios más agradables que visitamos en Ghana. Y un buen lugar, tanto para ver mariposas, como para ver la estructura de un bosque semideciduo bien conservado.



Centro de visitas Bosque de Bobiri. C.M. Aguilar Gómez.
En los recorridos alrededor del alojamiento puedes encontrar árboles descomunales, con enormes pies tabulares que no habíamos visto en otros bosques. Además, el guía conocía bien las especies, lo cual no es muy habitual más allá de los nombres locales que ellos usan.

Bobiri ha ganado una merecida fama para la observación de mariposas, porque en la zona se han documentado cerca de 500 especies, de las 900 especies que se pueden ver en Ghana. Y eso solo en 21 km2 de bosque. Por tomar una referencia, en toda la península Ibérica hay 226 especies y en un región como La Rioja 151 en 5.000 km2. Sobran las comparaciones.



Mariposa Euphaedra sp. Foto: C.M. Aguilar Gómez.
La gran mayoría de las especies de mariposas diurnas de Ghana (80%) son de hábitos forestales. Las mariposas con esos requerimientos rara vez se desplazan fuera de ese ambiente, de ahí la importancia de conservar los bosques que ocupan. Y es que solemos asociar las mariposas con prados y zonas abiertas donde consumen néctar de flores, pero al menos una cuarta parte de las especies de Ghana nunca visitan flores y se alimentan de fruta podrida o fermentada.

En Bobiri además de mariposas dimos con otras especies de fauna interesante. Voy a destacar dos hormigas, las marabunta (Dorylus sp) y las matabele (Megaponera analis), amba con un modo de vida sorprendente.



Columna de hormigas Dorylus. C.M. Aguilar Gómez
Las hormigas Dorylus son especies clave en la ecología de los bosques húmedos africanos. Necesitan zonas forestales bien conservadas ya que, cuando se fragmentan, empiezan a desaparecer. Nosotros las vimos solo en Kakum y en Bobiri. Avanzan en columnas protegidas por soldados de grandes mandíbulas a los lados.

Llevan una vida errante, con campamentos temporales, y atacan a su paso a cualquier animal que se cruzan. Incluso pequeños vertebrados. Tras de sí suelen formarse grupos de aves de muchas familias que las siguen y aprovechan la fauna que huye despavorida. Impresiona verlas avanzar tan decididas.



Hormiga Megaponera analis. C.M. Aguilar Gómez.
La otra hormiga que identifiqué en Bobiri, Megaponera analis, es una especialista en la depredación de termitas. Consume ejemplares en superficie y organizan auténticos saqueos a termiteros cuyos ocupantes solo pueden defenderse si logran cerrar a tiempo los accesos al interior.

Pero lo más curioso es un descubrimiento reciente de unos investigadores alemanes. Según se ha conocido, estas hormigas recogen a los soldados heridos en las luchas con termitas y los llevan al hormiguero. Solo toman los que no tienen heridas mortales y que pueden recuperar con cuidados en el hormiguero. Este comportamiento es desconocido en cualquier otra especie del reino animal salvo, anecdóticamente, en algún primate. ¡Fascinante!


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...