domingo, 21 de abril de 2024

Envidia

Hace apenas una semana escuché el primer autillo en el Ebro. Esta tarde los vencejos reales gritaban contra los muros de la iglesia de Santiago. Ya solo me quedan los chotacabras. Hasta entonces no daré por terminado el invierno. Pero para eso aún quedan unas cuantas noches.

Entre tanto leo su canto. Y solo puedo sentir envidia de John Alec Baker y su manera de describir. Apenas nos estamos tomando la medida, pero creo que nos vamos a entender.

«El canto (del chotacabras) es como la caída de un chorro de vino en un barril hondo y resonante. Es un sonido fragante, con un aroma que se eleva al cielo callado. Al resplandor diurno suena más flaco y más seco, pero con la oscuridad se hace añejo y melodioso. Si los cantos tuvieran olor, este olería a uvas y almendras machacadas en madera oscura. El sonido rezuma sin que se  pierda una gota. La madera rebosa de canto. Luego para. De golpe, inesperadamente. Pero el oído sigue percibiéndolo, eco prolongado y declinante que se escurre ondulando entre los árboles de alrededor».

J.A. Baker. El peregrino. 

Atardece en abril en los paisajes del chotacabras. Valle del Ebro.Foto: César María Aguilar Gómez.

 



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...