domingo, 27 de mayo de 2012

Lanzarote 6 (2011) Lagartos, cuevas volcánicas y crustáceos endémicos

Lagarto de Haría (Gallotia atlantica) Foto C. Aguilar
En Lanzarote no hay serpientes ni anfibios autóctonos, solo un par de especies de reptiles: una salamanquesa (Tarentola angustimentalis) y un lagarto. En Canarias los lagartos que encontramos son otro ejemplo más de la radiación adaptativa de especies en islas. Al parecer los lagartos del género Gallotia de las Canarias tienen su origen en el norte de África y llegaron primero a las islas orientales como a esta de Lanzarote. A partir de ahí se produjo una colonización del resto de islas durante varios millones de años. El resultado que hoy vemos son 7 especies vivas de lagartos del género Gallotia distribuidos en las distintas islas. En Lanzarote está el Lagarto de Haría (Gallotia atlantica). Esta especie ocupa todos los hábitats posibles y es muy común de ver, aunque dicen que está ausente de los campos de lava de la última erupción en Timanfaya.


Lagarto de Haría (Gallotia atlantica) Foto C. Aguilar
Las cadenas tróficas del Timanfaya apenas han comenzado a establecerse y solo han llegado a colonizar la roca volcánica los líquenes y algunos insectos y arañas. Eso a pesar de haber transcurrido varios siglos desde la última erupción. A los lagartos de Haría aún no les ha tocado el turno. Otra cuestión que sorprende de estos reptiles son las grandes variaciones en tamaño y coloración que tienen. Al principio, si no conoces bien la distribución de los lagartos en las islas, dudas de si todos los que ves son la misma especie, pues cuesta creerlo con la variabilidad que se ve. Se han llegado a describir algunas subespecies dentro de la isla en base a esas variaciones, aunque no todas están aceptadas.
 


Galería volcánica, Cueva de los Verdes. C. Aguilar
Visitando algunos de los sitios turísticos de la isla uno se encuentra con los Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes. Son dos partes de una misma cavidad subterránea que viene desde el volcán La Corona. Se trata de un túnel volcánico bajo el malpaís de la Corona de casi 9 Km de largo, uno de los más grandes del planeta. Este túnel fue un antiguo canal de salida de la lava bajo el subsuelo que iba hasta el mar. Con el enfriamiento de la lava y el cese de la actividad volcánica, se solidificaron las paredes y la masa fluyente se drenó hacia el mar dejando una gran galería continua. Los derrumbes de los techos que luego se han producido son lo que en Lanzarote llaman jameos.



Derrumbe en Jameos del Agua. Foto: César Aguilar
En la Cueva de los Verdes se puede hacer un recorrido por uno de esos túneles que no tienen nada que ver con las cuevas de origen cárstico, ya que ahí no hay estalagmitas ni estalactitas, aunque sí otras formas de la roca debidas a la lava. Más hacia la costa, el túnel volcánico se ve invadido por el agua del mar que se filtra desde el llamado túnel de la Atlántica. Esto se puede ver en un punto que han acondicionado en la zona para el turismo, los Jameos del Agua, una de las intervenciones sobre el paisaje que realizó César Manrique. Los estanques de agua que aparecen en los Jameos están conectados con el mar y de allí provienen unos pequeños crustáceos ciegos y despigmentados que han evolucionado en el hábitat cavernícola.


"Jameito" (Munidopsis polymorpha). César Aguilar
Se trata unos cangrejos que los turistas llaman "jameitos" y que es la especie Munidopsis polymorpha, de entre 1 y 2 cm muy abundantes en el lugar. Es muy popular su observación porque los bichos permanecen indiferentes a la gente comiendo con sus pinzas las algas diatomeas que tapizan la roca. La mejor hora para verlos es al final de la tarde cuando salen para su actividad nocturna. Se trata de una especie endémica que solo habita en Lanzarote y que se ha convertido en un símbolo natural para el turismo en la isla. Hay otros invertebrados endémicos despigmentados en ese agua, anfípodos, isópodos, ostrácodos y poliquetos, pero esos ya son difíciles de ver.

domingo, 20 de mayo de 2012

Lanzarote 5 (2011) Barranco de Malpaso

Iratxe al final del barranco de Malpaso. C. Aguilar
Un sito muy agradecido para conocer algo de la vegetación de los valles y barrancos del interior de la isla, es el Barranco de Malpaso al que se puede acceder desde Haría. Esta última localidad tiene además en su entorno un palmeral disperso de palmera canaria (Phoenix canariensis) muy pintoresco. También, no muy lejos está el volcán de la Corona que me quedé con ganas de visitar. Pero volviendo al valle de Malpaso, en él se suceden bancales tradicionales de cultivo, vegetación natural y algunos de los escasos pinos canarios (Pinus canariensis) que pueden verse en la isla. En realidad no son originarios de Lanzarote sino que fueron introducidos desde otras islas, pero a su amparo se ven con más facilidad algunas aves con querencia forestal que no tienen mucho hábitat en la isla.



Cyanistes caeruelus deneger. César Aguilar
Una de ellas es el canario (Serinus canaria), la forma silvestre de la especie que se cría en cautividad para canto, que es un endemismo macaronésico. Hasta hace algunas décadas los canarios no estaban presentes en las islas orientales como en esta de Lanzarote, aunque ahora parece que ya se han asentado en ellas. Otra ave más o menos forestal, con poco hábitat en la isla y que pude ver ahí, fue la subespecie de herrerillo común (Cyanistes caeruelus deneger). Es una subespecie que se diferencia bien de la que tenemos en la Península Ibérica, aunque es similar a las subespecies de las otras islas canarias y a los herrerillos del norte del África. La típica boina azul que vemos en la subespecie nominal, en estos herrerillos es más oscura, casi negra, así que llama bastante la atención.



Sylvia conspicillata orbicularis. César Aguilar
Otra ave muy abundante, en cualquier matorral de la isla es la curruca tomillera (Sylvia conspicillata orbicularis). En La Rioja la tomillera suele ser un ave escasa aunque bien distribuida por las zonas áridas del Valle del Ebro, así que verla en Lanzarote en tal abundancia y tan conspicua es siempre un placer. Se me ocurre que su abundancia es debida a que es una de esas pocas aves que han triunfado en la isla y que ante la falta de competencia de otras especies similares, ha ampliado bastante su nicho ecológico. Pero además de aves en el barranco de Malpaso se veían algunas plantas con vistosa floración como la umbelífera Ferula lancerottensis de gran porte y que está incluida en el catálogo de especies amenazadas de Canarias.




Umbelífera Ferula lancerottensis C. Aguilar
Otra especie catalogada que había por allí era la cerraja de risco (Sonchus pinnatifidus), que es muy ramoneada por el ganado y de la que encontramos algunas plantas también floridas. Además de arbustos como las típicas tabaibas (Euphorbia sp), bien distribuidas por toda la isla, encontramos en ese barranco otras plantas  como los Aenonium que son comunes en los malpaíses de lava. Son un tipo plantas de la familia de las crasulaceas que crecen principalmente en Canarias y que presentan unas características rosetas de hojas. Las tenemos vistas en macetas de muchas localidades del mundo, en sitios soleados y sin heladas, principalmente de costa. Los Aeonium son un buen ejemplo de radiación adaptativa en la colonización de las islas, ya que han dado lugar a un buen número de especies endémicas a lo largo de todas las Canarias.







Varias especies de flora. Fotos: César Aguilar
Ya por último, hubo otras dos plantas que me llamaron la atención en el paisaje. Unas eran unos cardos arbustivos que llaman cardo de cristo (Carlina salicifolia), con hojas muy peculiares para ser cardos y que aún tenían los capítulos del año anterior secos. Las otras era unas pequeñas flores de la familia de los iris que estaban recién florecidas con un llamativo azul, Romulea columnae. En definitiva un paseo de lo más agradable que no hay que perderse sobre todo en época de  floración.

viernes, 11 de mayo de 2012

Lanzarote 4 (2011) La isla de La Graciosa

Flores en La Graciosa al fondo Montaña Blanca.
El archipiélago de Chinijo es un conjunto de islas que se sitúan al norte de Lanzarote a poco más de 10 km de sus costas. De ellas La Graciosa es la más grande y la única accesible. Para llegar allí embarcamos en el puerto de Orzola dirección a Caleta del Sebo. Si albergaba alguna esperanza para hacer snorkel en las playas de la isla, el fuerte oleaje que había al hacer el trayecto en barco ya me decía que ese día iba a ser imposible. Y no es que hiciera un día malo, pero aún con ambiente soleado el aire y el oleaje eran muy intensos, así que tuve que cargar durante todo el día con las gafas y aletas para nada. Las costas de la isla prometían pero... otra vez será.




Recorriendo La Graciosa en bici. Iratxe Gonzalez
Dentro de la isla no se permite la circulación de coches, salvo los de las empresas turísticas que te hacen recorridos. De todos modos no es un gran trauma ya que a la pequeña población de Caleta del Sebo, solo hay que añadir unas pocas casas más en Pedro Barba, en total no más de 700 vecinos. El largo de la isla ronda los 10 km así que un opción llevadera es alquilar bicicletas y recorrerla.  Hay varias pistas de tierra y la alternativa a ese plan era quedarse en las playas de Caleta o andar por los alrededores con un sol intenso. Alquilamos las bicis e hicimos un recorrido circular a la isla al que dedicamos todo el día.





Águila pescadora (Pandion haliaetus). César Aguilar
Algo que caracteriza al archipiélago de Chinijo es su importancia para las aves marinas especialmente las islas de Montaña Clara y Alegranza, aunque su acceso está restringido. En ellas crían aves marinas tan interesantes como los paíños común (Hydrobates pelagicus) y pechialbo (Pelagodroma marina), las pardelas chica (Puffinus assimilis)  y cenicienta (Calonectris diomedea) o el petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii). Pero ni era la época mejor, ni es fácil desde tierra, ni podía cargar en la bici con el telescopio, pues ya cargaba los trastos de snorkel, así que no hubo ocasión para las marinas. Eso sí, en esas fechas ya pudimos observar un águila pescadora (Pandion haliaetus), que aunque crían en la zona, debía ser de las primeras del paso migratorio.



Algunas especies de flora. Fotos: César Aguilar
Por lo demás el día por la isla dio para circundar su perímetro a golpe de pedal, descansar en la playa de Las Conchas e inspeccionar un buen rato la flora dunar de los alrededores. Al igual que el resto de la isla, los arenales estaban a rebosar de colorido con alfombras de flores estacionales tras las lluvias caídas semanas anteriores. Algunas de las que estaban con flores en ese momento eran la uvilla de mar (Zygophyllum fontanesii) y la lengua de pájaro (Polycarpea nivea). Ambas presentan una distribución macaronésica y por el norte de África. Los frutos de la uvilla de mar son bien curiosos, pues son como pequeñas boyas que flotan y se dispersan de una costa a otra por las corrientes marinas.




Algunas especies de flora. Fotos: César Aguilar

Una planta anual que ocupaba grandes extensiones de arenales era una de la familia de las borrajas que en Canarias llaman camellera (Heliotropium ramosissimum), característica por sus apretados capítulos de flores blancas. También de amplia distribución en arenales del Atlántico estaban la oruga marina (Cakile maritima) y el tomillo de mar (Frankenia capitata). Pero lo que más rabia me da es que aunque consigo identificar algunas, son muchas más las que veo fotografío y me quedo con la duda. Sin embargo poco a poco vas sumando especies que reconoces, aunque estando de paso por esos lugares abarcar más conocimiento de las plantas se hace difícil.

jueves, 3 de mayo de 2012

Lanzarote 3 (2011) El risco de Famara

Risco de Famara orientado al oeste. César Aguilar
Cerca del Jable de Famara, en dirección a la Caleta, se puede ver un impresionante escarpado que da nombre a la zona, el risco de Famara. Se eleva a un lado de la playa y un recorrido por su base tiene un gran atractivo paisajístico, botánico y faunístico. Empezando por lo último allí pude ver un par de aves interesantes como el halcón tagarote (Falco peregrinoides) y la perdiz moruna (Alectoris barbara). Al parecer la situación de esa perdiz en Canarias no es muy clara y se duda si sus poblaciones son autóctonas o debidas a introducciones de principios del siglo XIX. En cualquier caso, aunque solo vi perdices en este sitio parece que está bien distribuida por toda la isla en lugares con hábitat adecuado.




Especies de flora observadas. Fotos: C. Aguilar
Otra de las peculiaridades del risco de Famara es su orientación. Se encuentra expuesto hacia el oeste y es uno de los pocos accidentes orográficos de la isla capaz “arañar” algo de humedad a los vientos alisios. Otras islas con grandes montañas captan fácilmente esos vientos cargados de humedad y desarrollan a cierta altitud laurisilvas, unos bosques húmedos tropicales característicos. En Lanzarote la influencia de los alisios es más modesta ya que el punto más alto de la isla es de 670 m. Aún así, la ladera de Famara dispone de más humedad que otros sitos de la isla y eso se nota en la vegetación.






Verode (Kleinia neriifolia).  Foto: César Aguilar

Las escarpadas laderas y los suelos rocosos de la base del risco han dificultado el pastoreo o cultivo en bancales, de modo que además la vegetación original está bastante bien conservada. A finales de febrero del 2011, con el comienzo de la floración el paisaje mostraba un montón de arbustos y plantas llenas de color. Entre los arbustos estaban dos de las grandes Euphobias que destacan en muchos paisajes canarios y que reciben el nombre de tabaibas. Las especies presentes en Lanzarote y que vi en la zona, eran la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera) y la tabaiba moruna (Euphorbia regis-jubae). Ambas especies tienen una distribución que abarcar también el norte de África.



 

Taginaste blanco (Echium famarae). C. Aguilar
Otra especie que pude ver con un porte similar a las tabaibas y que puede recordar a ellas por sus hojas, es el verode (Kleinia neriifolia). En realidad es una planta un tanto extraña ya que solo florece tras tirar la hojas en verano. Tras su floración uno puede reconocer que esta planta es de la familia de las compuestas y que por tanto nada tiene que ver con las Euphorbias. En febrero las tabaibas estaban florecidas pero el verode aún tenía sus hojas. Algunos otros arbustos que pude reconocer en el recorrido fueron la omnipresente “aulaga” (Launaea arborescens), el salado blanco (Atriplex halimus) y el espino de mar (Lycium intricatum), todas ellas especies con una distribución más amplia que las Islas Canarias. 

 

 

Atardecer sobre Caleta de Famara. C. Aguilar
Otros arbustos que estaban en floración y que aprendí a reconocer sí que eran endemismos canarios. Algunos solo de las islas orientales (Lanzarote y Fuerteventura) como la jorja (Astericus intermedius) o el taginaste blanco (Echium famarae). De hecho este último lleva en el nombre científico una referencia al risco de Famara. El recorrido fue realmente interesante y por su orientación, el mejor momento para andarlo es la tarde. A esas horas hay buena luz sobre el risco para buscar los halcones tagarotes y a última hora se puede disfrutar de una preciosa puesta de sol sobre el océano.


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