Gueto de Varsovia. Foto: César María Aguilar Gómez. |
Un par de años me había costado convencer a algunos de mis amigos del Grupo Ornitológico de La Rioja para visitar Bielorrusia, como para que ahora un volcán en erupción nos dejase en tierra. Ya casi lo hemos olvidado, pero durante algunas semanas no se hablaba de otra cosa. Un volcán de nombre impronunciable, el Eyjafjallajökull, en Islandia había entrado en erupción en abril de 2010. El espacio aéreo europeo quedó cerrado por la nube de cenizas y nosotros teníamos que volar el 24 de abril. Tuvimos suerte entonces ya que, tras las cautelas iniciales, los organismos reguladores de la aviación europea comenzaron a permitir vuelos la semana previa y la situación se normalizó. Por otra parte, conseguir los visados para el país tampoco había sido fácil ni barato así que teníamos menos flexibilidad que en otros viajes. En el “gabinete de crisis” que preparamos una semana antes, con unas cañas de por medio, ya hablábamos de abandonar o de la opción "inviable" de ir conduciendo hasta allí por las bravas. Finalmente pudimos volar a Minsk con escala en Varsovia, donde aún quedaban los crespones negros en las banderas por la muerte del presidente y buena parte del gobierno polaco en un accidente aéreo.
65 aniversario fin de la ocupación. C.M. Aguilar Gómez |
Tras registrarnos en comisaría. Foto: Manolo Esteban. |
Paisaje saliendo de Minsk. Foto: C.M. Aguilar Gómez. |
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