lunes, 20 de junio de 2011

Perú 32 (2011) La selva de los espejos

Guacamayos (Ara ararauna) C.M. Aguilar Gómez.
El río Tibilo, por el que accedemos a la reserva, es poco más que un caño de agua estrecho ahora desbordado. Sin apenas corriente inunda toda esta inmensa llanura aluvial amazónica. A la reserva he oído llamarla “la selva de los espejos” y si en alguna época del año esto es más apropiado creo que es ahora con aguas altas y rebosando sus cauces principales. Las aguas tranquilas presentan una coloración oscura debida a los ácidos húmicos del suelo selvático que inundan, una imagen muy distinta de las aguas densas y llenas de sedimentos del río Huallaga entre Yurimaguas y Lagunas cuando lo recorrí en el barco. Sobre la lámina de agua se reflejan los árboles de las orillas con una luz tamizada por los cielos nublados de invierno. Solo el paso de la canoa rompe los reflejos y al ritmo lento y sosegado de avance a remo van apareciendo distintas especies de aves y mamíferos en las orillas. Los más llamativos en un primer momento son los grupos de guacamayo azul y amarillo (Ara ararauna).


Huapo negro (Pithecia monachus) C.M. Aguilar Gómez.
En general no se ven concentraciones numerosas de fauna, ya que este espacio inmenso de agua ahora no las favorece. Sin embargo cada poco vas descubriendo algo nuevo. Empiezo viendo un manco (Eira barbara) una especie de mustélido que observo trepando por un árbol, luego son varias especies de primates las que se cruzan en el recorrido como un grupo de frailecillos de una especie distinta (Saimiri boliviensis) de los que vi en Tingana, varios machines blancos (Cebus albifrons) y huapos negros (Pithecia monachus). Estos últimos no sabía que podría llegar a verlos en esta zona, así que fueron una sorpresa. En realidad son unos primates bien extraños con la cabeza calva y una expresión inquietante, todo lo contrario de la cara y gestos de otros primates que, por la proximidad de sus expresiones con las humanas, enseguida nos causan simpatía. Además estos huapos presentan un pelaje bien raro,  muy lanudo, a mi me recuerdan a esas harapas almerienses hechas todas de trapos “deshilachados” de reciclaje, así que no se quien les podría un nombre tan poco afortunado ya que de “guapos” tienen bastante poco.



Tarántula Avicularia avicularia. C.M. Aguilar Gómez.
Otros animales que ya había visto en otros lugares, pero que aquí eran relativamente frecuentes, fueron los perezosos de dos dedos (Bradypus variegatus). De normal serían difíciles de ver al pasar todo el día parados en una rama, sin embargo ahora andan sobre uno de los pocos árboles caducifolios de estas selvas. Se trata de la punga (Pseudobombax munguba) un árbol que pierde todas las hojas a la vez y que produce unos frutos grandes como los del cacao. Tras la fructificación las hojas del árbol empiezan a brotar de nuevo, de modo que sus tiernas yemas son un foco de atracción para un animal herbívoro como los perezosos que quedan así expuestos a todas las miradas. Pero además de grandes animales, mirando detenidamente las orillas va apareciendo otra fauna "menor" como unas tarántulas peludas que solo vi en una ocasión.
 


"Lagarto Jesucristo" A. ameiva. C.M. Aguilar Gómez.
También cruzaban delante de la canoa, cada cierto tiempo, unas lagartijas que al asustarse salían corriendo sobre el agua sin hundirse. Algo parecido había visto en las selvas de El Petén en Guatemala hace años, una imagen muy típica que suele salir en los documentales de naturaleza. Allí los llamaban “lagartos Jesucristo”, por aquello de que andaban por encima del agua aunque no tienen porque ser la misma especie, solo el comportamiento lo es. Aquí pregunté al guía pero simplemente les dicen “lagartijas”, más tarde he podido identificarlas como Ameiva ameiva. También de vez en cuando encontrábamos pequeños grupos de 5-6 murciélagos de color canela percheados en ramas secas. Al paso de la canoa salían revoloteando alborotados sobre la lámina de agua de forma alborotada. Un tipo parecido a estos murciélagos los había sorprendido en ocasiones anteriores descansando bajo grandes hojas en otros paseos por selva amazónica.

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