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Vistas sobre la calle San Juan. C.M. Aguilar Gómez. |
Tener
un par de balcones mirando a una céntrica calle peatonal del casco
antiguo de Logroño no proporciona grandes paisajes naturales a la vista,
pero siendo curioso hasta ahí se puede sentir el latido de la
naturaleza. Lo cierto es que para los pocos metros que son, no más de un
metro cuadrado cada uno, es una de las partes de mi casa que más uso en
proporción a su superficie, al menos cuando llega el buen tiempo. Ahí
aprovecho a leer con luz natural, que tanto escasea en las casas del
casco antiguo, y disfruto del frescor de la tarde durante los calurosos
meses del estío. Sobre el cielo de Logroño, con las torres de la
catedral de La Redonda a la vista, son habituales las cigüeñas y de vez
en cuando en lo alto se dejan ver las siluetas de algún buitre, milano
negro, águila calzada o cualquier otra planeadora de las que sobrevuelan o cruzan la ciudad, todo depende
de la época y de las corrientes térmicas. Hasta
hace unos años las cigüeñas blancas criaban de forma habitual en las
torres de la catedral de la Redonda y en otras del casco viejo.
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Vista de las torres de La Redonda. C.M. Aguilar Gómez. |
Con las reformas de esos edificios históricos se eliminaron los nidos de la mayoría, se vallaron las repisas y se pusieron nidos artificiales en la ribera a donde han acabado marchándose. Cuando las torres de la catedral estaban repletas de nidos había cigüeñas por todos los tejados. Muchas tardes era un espectáculo ver como se repartían los posaderos de las antenas de televisión. Las veía haciendo sus crocoteos de pico y estirando el cuello hacia atrás indicando
territorialidad sobre el posadero y era precioso, pero eso ya se ha perdido y no creo que a todo el mundo le gustara igual que a mí pues era la desesperación de algunos vecinos al comprobar como distorsionaban la señal de la televisión al posarse.
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Pollo de cigüeña de 2012. Foto: C.M. Aguilar Gómez. |
La época con mayor actividad de
cigüeñas en los posaderos era en los meses de junio y julio cuando los
pollos de cigüeña estaban recién volados y había un número mayor de
ejemplares en todo el casco antiguo. El pasado 2012 volvió a criar una cigüeña en una de las torres de La Redonda donde sacó un pollo. Fue en una repisa que no cubre el vallado y en estas fechas esta de nuevo incubando. Pero hasta las antenas y tejados frente
al balcón, a parte de gorriones también se acercan otras aves como el colirrojo tizón, alguna
urraca, mirlos y verdecillos.
De esta última especie tuve una pareja criando hace un par de temporadas en una esparraguera (Asparagus sp.) del balcón y ya conté su historia en una de entrada de este blog.
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Gorrión y verdecillo frente al balcón C.M. Aguilar Gómez |
La primavera pasada pensé que los verdecillos volverían a criar pero no hubo suerte, un
macho estuvo varios días cantando frente al balcón y
le pillé inspeccionando la esparraguera, pero no le convenció. Debió irse no muy lejos
porque lo he seguido oyendo en una de las antenas, pero eligió otro
balcón. Otras aves sorprendentes de ver son los vencejos comunes
que a partir de finales de abril llegan y vuelan ruidosos entre las
estrechas calles. Desde finales de marzo hay otros incluso más ruidosos pero más distantes, son los vencejos
reales que crían en la iglesia de Santiago y en una torre en la Gran Vía
que vuelan ruidosos sobre todo el casco viejo. Llaman más la atención cuando desde mediados de agosto hasta octubre son los únicos vencejos que quedan en la ciudad.
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