Picathartes gymnocephalus. Foto: C.M. Aguilar Gómez. |
Su situación taxonómica ha sido muy controvertida ya que no encajan bien en ninguna familia de aves. En diferentes momentos han estado incluidos en grupos tan distintos como los cuervos, los estorninos o los papamoscas. Finalmente hubo que crear una familia para ellos solos. Tal es su singularidad.
Por el bosque de Bonkro. Foto: C.M. Aguilar Gómez. |
Los picatartes parecen especialmente sensibles a la degradación del bosque y durante varias décadas se consideraron extinguidos en Ghana. Desde finales de la década de 1960 hasta comienzos del siglo XXI no hubo ninguna observación en todo el país. Y eso coincidió con un gran incremento de la deforestación.
Picatartes gymnocephalus. Foto: C.M. Aguilar Gómez. |
Además de criar en sitios poco accesibles, son muy silenciosos y tímidos y se desplazan por el suelo a saltos sin posarse en las ramas. En el bosque de Bonkro su observación nos llevó todo el día. Los guías de la población nos llevaron a una zona bien conservada donde nada más entrar casi se hizo de noche. Tal era la densidad del bosque.
Viuda togolesa (Vidua togoensis). C.M. Aguilar Gómez. |
Fuera del bosque, en las zonas de formaciones secundarias y cultivos, la observación de aves fue más fácil. Por allí vimos volando el lorito fretirrojo (Poicephalus gulielm), la suimanga acollarada (Hedydipna collaris) o la preciosa viuda togolesa (Vidua togoensis).
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