lunes, 1 de abril de 2019

Margaritifera auricularia, un gigante del Ebro que se extingue

Valva de Margaritifera auricularia. Ebro. Soto Buicio, Fuenmayor. Foto: César María Aguilar Gómez.

El domingo pasado di, por fin, con la náyade más amenazada de las que habitan el Ebro, Margaritifera auricularia, un bivalvo de enorme tamaño "En Peligro Crítico" de extinción a nivel nacional. Lo que hallé fueron restos muy viejos de 5 ejemplares arrastrados por la corriente y depositados en los bancos de grava. En La Rioja hay muy pocas citas de la especie, ni siquiera de conchas viejas, así que fue toda una sorpresa su hallazgo en el Soto de Buicio de Fuenmayor.

Hasta hace bien poco, las últimas citas vivas de Margaritifera auricularia en el tramo riojano del Ebro eran las de varios ejemplares colectados en 1933 cuyas conchas están depositadas en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Eso fue así hasta el verano de 2017.

Ese año se localizó un gran ejemplar vivo en Agoncillo, durante unas prospecciones específicas con buzos, que se divulgó ampliamente en la prensa regional. Sin embargo, ese hallazgo aportó poco a su estado de conservación, ya que los ejemplares de la especie pueden vivir varias décadas y en el río Ebro hace mucho que se considera que se ha interrumpido su reproducción, así que ese ejemplar era, por así decirlo, un muerto viviente, un zombi, uno de los últimos de una población que agoniza.

Hasta el hallazgo de 2017 lo único que se había encontrado en La Rioja en décadas fueron conchas viejas, tampoco muchas, no creo que alcancen las 20 citas en total. Una ridiculez para una especie que ocupó todo el tramo principal del Ebro. Pero yo, durante años, ni eso encontré, así que el hallazgo de unas conchas fue emocionante. Me impresionó ver la densidad de su concha, muy diferente de las otras náyades autóctonas que aún se pueden encontrar en el río.

Ayer, otro recorrido por el Soto de El Cortijo en Logroño, no dio para nuevos hallazgos de la margaritona, pero sí para otro buen número de conchas de las otras náyades autóctonas: Anodonta anatina, Potomida littoralis y Unio mancus. También dio para recorrer un paisaje de sotos y riberas del Ebro que ahora despierta del invierno. Por aquí dejo algunas fotos. Habrá que seguir buscando a la margaritona. 

Valvas (interior) de Margaritifera auricularia. Ebro. Soto Buicio, Fuenmayor. Foto César María Aguilar Gómez.
 
Valvas (exterior) de Margaritifera auricularia. Ebro. Soto Buicio, Fuenmayor. Foto César María Aguilar Gómez
Canal del río Ebro bajo la Central Hidroeléctrica. Soto Buicio (Fuenmayor). Foto: César María Aguilar Gómez.
Restos de Anodonta anatina. Ebro. Soto Presa de El Cortijo (Logroño). Foto: César María Aguilar Gómez

 Potomida littoralis, Izda-Arriba, Dreissena polymorpha, Izda-Abajo, Unio mancus, Dcha. El Cortijo, Logroño

Lecho del río de arenisca erosionada. El Cortijo, Logroño. Foto: César María Aguilar Gómez.

Cauce del río Ebro con la Sierra Cantabria al fondo. El Cortijo, Logroño. Foto: César María Aguilar Gómez.

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