martes, 1 de febrero de 2022

Las leyes del Serengeti (libro)

El biólogo Sean B. Carroll explora en este libro las sorprendentes analogías que existen en la lógica que regula la vida en sus diferentes niveles, desde la fisiología de las células hasta las grandes poblaciones de animales. El libro comienza con un viaje en familia, como excusa, al parque nacional del Serengeti (Tanzania) donde se pregunta cómo se regula este ecosistema en particular. Si inicia ahí el argumento es porque el Serengeti cuenta con todos los componentes de una megafauna original que se ha perdido en muchos espacios naturales del planeta donde las comunidades biológicas están empobrecidas.

Para aquellos que busquen en esos primeros capítulos las respuestas a las preguntas del Serengeti, hay que decir que Carroll los tendrá despistados durante la primera parte del libro. En un primer momento aborda cómo se fue descubriendo la regulación en otros campos de la vida, como la fisiología del cuerpo humano, pero lo hace de forma llevadera, siguiendo la trayectoria y los descubrimientos de varios pioneros científicos del siglo XX.

Al poco, intercala este hilo con la historia de los primeros ecólogos que trataron de responder preguntas con una lógica muy similar, pero a otra escala: la de los ecosistemas ¿Cómo se establecen los equilibrios en las poblacionales de animales?, ¿son igual de importantes todas las especies? Hasta que, a mediados del libro, Carroll vuelve al parque nacional africano y se explaya sobre las investigaciones pioneras en él. De ellas extrae las que llama Leyes del Serengueti que condensan las ideas más relevantes que operan en la regulación de las poblaciones animales. Y no solo en el Serengeti sino en cualquier ecosistema. Un enfoque quizás rebuscado en un principio, pero interesante si haces el recorrido que te propone el autor.

A nivel personal parece que últimamente mis lecturas son la extensión de viajes que aún tengo frescos y que no quiero dar por terminados. En este caso un viaje a Kenia en agosto de 2021 por diferentes regiones del país en el que visité el Masai Mara: el ecosistema de sabanas en el que se centra el libro pero en el país vecino.

Así, mientras leía sobre la migración de los ñus, la depredación de grandes carnívoros o los efectos en cascada de la peste bovina, a mi cabeza venían las imágenes del verano. Con algunas de esas fotos acompaño la reseña de este original y recomendable libro.


Cada año, más de un millón de ñús (Connochaetes taurinus) migran a través de las sabanas del Serengeti-Mara, entre Tanzania y Kenia buscando pastos estacionales. A pesar de los más de 4.000 ejemplares de promedio que mueren al año cruzando el río Mara, la migración es una estrategia que les permite sortear la regulación “desde abajo”, la del alimento. P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.

La migración de las presas disminuye, también, la vulnerabilidad de muchos animales a la actividad depredadora (a la regulación “desde arriba”) como la de estos leones (Panthera leo). P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.

Una escena poco habitual entre un secretario (Sagittarius serpentarius) y un par de buitres torgo (Torgos tracheliotos) que, teóricamente, no tienen nada por lo que confrontarse. P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.

Un guepardo (Acinonyx jubatus) ha logrado dar caza a una cría de gacela de Thomsom (Eudorcas thomsonii), una contribución a regular la población de este ungulado tan abundante. P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.

Los pastizales de la sabana son el ambiente del sisón ventrinegro (Lissotis melanogaster) cuyo plumaje del dorso desdibuja su figura entre el dorado herbazal de tallos secos. P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.

Dos especies del importante gremio de los carroñeros alados: buitre torgo (Torgos tracheliotos) y buitre dorsiblanco (Gyps africanus). P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.


También las cebras (Equus quagga) migran en las sabanas del Serengeti-Mara. Aunque todos los ejemplares parezcan iguales, cada uno tiene un patrón de líneas característico. P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.

La sabana proporciona las semillas de las que se alimenta la ganga gorjigualda (Pterocles gutturalis) que se ve favorecida por los incendios estacionales que abren pastos ralos. P.N. Masai Mara. Kenia. Agosto 2021. Foto: César María Aguilar Gómez.

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