viernes, 14 de diciembre de 2012

Sri Lanka 7 (2012) Yala 3, Pavos reales y gallos

Pavo real común Pavo cristatus. C.M. Aguilar Gómez.
Dos de las aves que más me ha sorprendido ver en Sri Lanka, y que se ven muy bien y son abundantes en Yala, han sido los pavos reales y los gallos. Asociamos los pavos reales con aves exóticas y estamos acostumbrados a verlas como decorativas, pocas veces pensamos en cual es su lugar de origen en libertad. Al menos es lo que me pasaba a mí. La especie que podemos ver en jardines de Europa es propia de la India y Sri Lanka y es el pavo real común (Pavo cristatus). El primero que pude ver en el país me dejó descolocado y no fue en Yala, sino en un borde de bosque en un trayecto en transporte público. Y es que la especie está ampliamente distribuida por la isla, aunque solo se muestra confiada en parques nacionales como el de Yala.





Gallo de Ceilán Gallus lafayetii. C.M. Aguilar Gómez.
Otra de las aves "exóticas" y desconcertantes es el Gallo de Ceilán (Gallus lafayetii) una de las 33 especies de aves endémicas de la isla que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo. Todos los que vi eran machos y tenían un plumaje precioso, muy similar a muchos de los gallos domésticos que tenemos en Europa. Solo hay 4 especies de gallos en el mundo con una distribución restringida a la India y al sudeste asiático. Sorprende que un género (Gallus) con tan poca diversidad de especies, haya tenido tal aceptación como animal doméstico y que de él hayan surgido tanta variedad de razas en su domesticación en los últimos miles de años






Pigargo Haliaeetus leucogaster. C.M. Aguilar Gómez.
Otra escena a la que pudimos asistir en directo fue la de unas agresiones de varios milanos bramanes (Haliastur indus) a un ave majestuosa como el pigargo oriental (Haliaeetus leucogaster) que campa a sus anchas por las lagunas de Yala. Los milanos bramanes tiene un contrastado plumaje en rojo y gris y el pigargo oriental es de una blancura nívea, así que su requiebros y vuelos no podían ser más espectaculares. El pigargo se mostraba bastante más confiado de nuestra presencia que de los milanos y aguantaba estoicamente la insolencia de unos milanos a los que casi dobla en tamaño. Y ya para acabar con Yala, también fue ese el lugar para ver dos especies de primates, el toque macaco (Macaca sinica) y el langur gris (Semnopithecus prima). 



Tacaca sinica con mi plátano. Foto: C.M. Aguilar Gómez.
El primero ya lo habíamos visto en Sinharaja aunque esquivo. Pero estos macacos de Yala estaban más aprendidos que el mismísimo “oso yogui” de Yellowstone con los turistas. Al estilo de las monas de Gibraltar que son de su misma familia, acostumbraban a coger cualquier cosa a su alcance. En uno de los lugares de descanso del recorrido, imprudente de mí, dejé mis cosas en la playa de un río y fui a fotografiar a uno de estos macacos en un árbol. En cuestión de no más de 10 segundos, uno del grupo que iba a fotografiar, y que no había visto, se abalanzó sobre mi mochila y se hizo con un plátano de mi almuerzo. Fue visto y no visto y yo con cara de estafado, bueno al menos pude sacarle unas buenas fotos de cerca. Fue la típica sensación de “que te comen la merienda” y ¡vaya que si me la comieron!

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