Colonia de Rissa tridactyla. C.M. Aguilar Gómez. |
Otras aves que vimos en los alrededores de Sttore Ekkeroy fueron los bisbitas gorgirrojos (Anthus cervinus) y los falaropos picofinos (Phalaropus lobatus).
Renos en la tundra. Foto: C.M. Aguilar Gómez. |
Vardo es el puerto donde se toman los barcos para Hornoya y Reinoya, dos pequeñas islas con densas colonias de gaviotas y álcidos.
Aves en la costa de Hornoya. C.M. Aguilar Gómez. |
Nada más llegar a Hornoya empezamos a ver cientos y cientos de aves marinas en su ir y venir de los cortados al mar. Esta isla cuenta con varios acantilados y un faro en el que disfrutamos de la abundancia de aves a pesar de la lluvia fina que caía. Las aves aprovechaban hasta el último hueco disponible en aquel lugar para criar, el panorama era sobrecogedor.
Frailecillos (Fratercula arctica). Foto: Sebastián Lara. |
El movimiento de aves en torno a los cortados era tal que, en una ocasión, a Diego le cayó encima un álcido de algún tropiezo aéreo. Cuando lo tomó en sus manos resultó ser un arao de Brünnich (Uria lomvia), que también es casualidad porque de los dos araos ese es el más escaso.
Diego con Arao Brünich. C.M. Aguilar Gómez. |
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