martes, 12 de octubre de 2021

El Ebro en octubre. Aquí no hay playa (ni tomates)

(Texto y fotos traídos del muro de mi Facebook personal. Publicado el 11 octubre 2021)

La primera en la frente. Llevaba una semana prometiendo a mi tripulación una cosecha abundante de tomates como recompensa a los sinsabores y penurias que pasamos por el Ebro, vendiendo yo la piel del oso antes de cazarlo. Así que no fue difícil convencer a Carlos “Presi” y Juan “Orellana” de que se arrojasen conmigo a la corriente y pusieran las proas de sus kayaks en dirección a la secreta “Tomato Beach”, la playa donde bien sabía que crecían los frutos prohibidos.

Sin embargo, al llegar allí pronto entramos en shock. «¡Maldición!, ¿dónde están?, ¿y la playa que había aquí?». Nada, solo desolación y mucha vegetación. El infierno verde. La playa de grava, despejada y soleada, que descubrimos hace un par de años se había cubierto de gramas, persicarias, bardanas y abundantes brotes de chopos, ahí ya las tomateras no pueden competir. Ridículo para el capitán y desconcierto entre los grumetes. Veo a Juan “Orellana” apesadumbrado, no para de toser. Dice que es un catarro, pero yo que sé de esto reconozco en él los síntomas del escorbuto y por eso me apena no poder conseguirle los frutos en la ribera para el mal que le aflige.

Afortunadamente, el trayecto de hoy incluye atractivos suficientes para que nos podamos reponer del golpe inicial: pintorescas cascadas en miniatura y el desafío de superar la presa de la central hidroeléctrica de Viana. Con las primeras los grumetes fantasean con que las saltan en kayak, pero no lo hacen. Las “carabelas” que llevamos no son apropiadas para estos menesteres y a buen seguro quedaríamos clavados tras la rompiente y acabaríamos en el agua sin remedio. Y hoy, no estamos por la labor. Por eso les dejo que se hagan fotos remontado los rápidos, una vez superados por tierra, aparentando que los han descendido, para que luego puedan engatusar con las fotos a sus respectivas Dulcineas. Es tan simple naturaleza humana. ¡Con qué poco se contentan los grumetes!

 Lo de la presa de la central hidroeléctrica ya tiene menos gracia. Siempre que hemos pasado por aquí había un tramo seco en el azud hormigón por el que podíamos sortear el obstáculo. Hoy no. Esta vez el agua rebosa por todo el ancho del dique y, al caer, genera una turbulencia en la base. Ni pensar en dejarse arrastrar por ahí. Visto así, solo tenemos dos opciones, o volver al punto de partida río arriba, y ya estamos muy lejos de allí, o salir a tierra por la única orilla posible: el talud de tierra de varios metros en la margen derecha al que tenemos que encaramarnos con los kayak. Ya solo por esta épica salida y por el regreso al cauce blandiendo las palas de los kayak contra las zarzas, cual machetes amazónicos, para abrirnos camino hacia el agua, creo que la jornada de hoy va a ser una recordada batallita para contar en la cantina del puerto donde esta tripulación malgasta su tiempo cuando no está desfaciendo entuertos por el río.

Como de habitual, Juan “Orellana”, nuestro cronista cámara en ristre, nos obsequia con un video de la jornada. 

https://www.youtube.com/watch?v=gv-L8BVIH58

En muchos tramos del Ebro la ribera de chopos y sauces abrazan al navegante. Foto: César María Aguilar Gómez.

La primera de las dos pintorescas y abruptas cascadas que vamos a pasar durante esta jornada. Por su puesto, por la orilla, que las "carabelas" que llevamos no son para esas aguas bravas. En avanzadilla, por la izquierda, Juan "Orellana" inspecciona, intrépido, el terreno. Foto: César María Aguilar Gómez.

Bueno, luego siempre hay quien se hace el intrépido y audaz trucando la foto y aparentando haber cabalgado el salto. Estos grumetes... Foto: César María Aguilar Gómez.

Cada vez que paso por este sitio no me canso de contemplar la jaula de raíces de estos plataneros asilvestrados en la orilla. Foto: César María Aguilar Gómez.

Uy... esto ya son palabras mayores. Habrá que salirse a tierra para seguir avanzando río abajo. Foto: César María Aguilar Gómez.

En esta época florecen los tupinambos (Helianthus tuberosus) una planta de origen americano que se está asilvestrando en la ribera del Ebro. César María Aguilar Gómez. Ficha del tupinambo. Especie Exótica Invasora en La Rioja

En muy pocos sitios de la ribera del Ebro se observan estos preciosos estratos de finos sedimentos de yeso formados en la Depresión del Ebro durante el Terciario. Foto: César María Aguilar Gómez.

Los plegamientos de estos estratos de yesos, a veces, dan curiosas formas como este "ojo" que nos observa desde su perspectiva cubista.Foto: César María Aguilar Gómez.

Esta vegetación inundada, con flores amarillas, es una planta exótica de reciente aparición en el Ebro: el duraznillo del agua (Ludwigia sp). Foto: César María Aguilar Gómez. Ficha Especie Exótica Invasora en La Rioja.










El agua en calma reflejando las riberas al final del recorrido, junto a la desembocadura del río Leza. Foto: César María Aguilar Gómez.


Tripulación al completo, con el paso de "las cuarenta rugientes" detrás. Foto: Juan Diez del Corral.

 

 

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