jueves, 1 de mayo de 2025

«Creo que he visto un lindo gatito». Linces y depredaciones sobre ungulados en La Rioja y más allá.

¿Linces en La Rioja? Así es, aunque en realidad habría que hablar en singular y con un nombre propio: Kentaro. El joven macho de lince ibérico (Lynx pardinus) al que se asignó ese nombre nació en un centro de cría de cautividad del programa de conservación de la especie y fue liberado en Toledo en 2014. Desde allí emprendió su dispersión en busca de un territorio propio, hacia el norte, por una tierra sin linces, hasta llegar a La Rioja en mayo de 2015.

A Kentaro, en realidad, lo vieron muy pocos por esta región, a pesar de que pasó un mes recorriendo las montañas de Sistema Ibérico riojano. De Cebollera a La Demanda, de Lumbreras a Ezcaray, moviéndose en el crepúsculo, al amanecer, durante la noche, encamado durante día. Así que pocas bocas habrían podido pronunciar aquella frase irónica que Piolín, el canario, soltaba cada vez que barruntaba la presencia del gato Silvestre que lo perseguía.

Yo tampoco vi al “gato” Kentaro, al menos en vivo, aunque sí a través de las cámaras de fototrampeo que le colocaba junto a sus presas. De su llegada a La Rioja nos informó el equipo que gestionaba las señales del emisor GPS que portaba en un collar. Durante aquel mes, cada vez que detenía sus largos desplazamientos supimos que había cazado un ungulado al que volvería a alimentarse.

Kentaro, fuera de su zona de confort, en las altas montañas sin la presa principal de los de su especie, el conejo, se las apañaba matando corzos y ciervos. Presas que superaban holgadamente el doble de su peso. Ya lo había hecho antes de llegar aquí, nos advirtieron, y siguió haciéndolo por estos lares. Y eso, aunque ya se había registrado en su especie, no era muy habitual en el área de distribución de los linces ibéricos en el sur de la Península.

Juntando la información de aquellas presas de Kentaro con las de otros ungulados cazados por otros linces con emisores en España, estos días hemos sacado una nota breve sobre este comportamiento en la revista Galemys. Por aquí dejo el enlace para la descarga gratuita del artículo, así como la noticia de la administración de La Rioja con la que en su día dio a conocer el paso de este ejemplar por la región.

Articulo Revista Galemys SECEM 2025:

https://secem.es/sites/default/files/galemys/articles/Galemys-37-2025-N2-Jime%CC%81nez..pdf 

Noticia Web Gobierno de La Rioja 2015:

https://www.larioja.org/medio-ambiente/fr/econoticias/econoticias-2015/03_lincekentaro

 


Lince Kentaro volviendo a los restos de una corza que había matado un día antes y que había ocultado con hierba. Mayo 2015. Valle del Oja, Ezcaray (La Rioja). Imagen de fototrampeo.

 
Durante el mes que Kentaro pasó por la montaña riojana mató 3 corzos adultos (2 machos y 1 hembra) y un ciervo (1 macho vareto). En la foto destapando una corza depredada y ocultada. Mayo 2015. Valle del Oja, Ezcaray (La Rioja). Imagen de fototrampeo.

Corza cazada por Kentaro en un matorral creado tras el incendio de un pinar de montaña situado por encima de los 1500 m (el bosque del fondo es un hayedo) y ocultada  con hierba para protegerla del carroñeo. Mayo 2015. Valle del Oja, Ezcaray (La Rioja). Foto: César María Aguilar Gómez.

 

jueves, 24 de abril de 2025

Delibes y las truchas del Iregua

A Miguel Delibes le gustaba pescar truchas. Pero, amargamente, se quejaba de que en su Valladolid natal no disponía de ríos para su afición. Para remediarlo acudía regularmente a distintos tramos de ríos de León, Burgos y Palencia. Y a un par de ellos en La Rioja.

Buscando en el depósito de la biblioteca regional di con un libro suyo del que no había oído hablar: Mis amigas las truchas. El subtítulo ya lo dice todo: Block de notas de un pescador de ribera. En él, a modo de diario, cuenta esas jornadas en los ríos a comienzos de los 70.

No me resisto a traer algunas de las impresiones que anotó el 20 de abril de 1972 en el Iregua, uno de los dos ríos que solía visitar en La Rioja. El otro era el Najerilla.

«La bruma había levantado y, desde lo alto, pude recrearme en la belleza majestuosa del contorno, las grandes montañas con las cumbres nevadas, los cantiles verticales de la quebrada del río, los robles tenaces (aún con hoja de invierno) milagrosamente inhiestos en la ladera de a plomo. Este agreste paisaje, sorprende más por su contraste con los accesos desde Logroño: la ternura de la campiña riojana con cepas desnudas, recién podadas; el verde jugoso y variopinto de los campos de cereal y las vegas ―con unos barbechos de tierra rosada, casi violácea― dulcemente suavizados por el verde incipiente de las pobedas ribereñas. ¡Hermosa campiña la riojana!»

«El Iregua (...) es el típico río de montaña, muy encajonado, impulsivo y diverso. Es río locuaz, que dice muchas cosas y, las que no dice, las sugiere». Miguel Delibes, 20 de abril 1972. Río Iregua (La Rioja). Foto: César María Aguilar Gómez.
 
«El Iregua (...), erizado de rocas, tan pronto se desmelena en un recial incontenible, como se explaya mansamente en una vadera de aguas placidas». Miguel Delibes, 20 de abril 1972. Río Iregua (La Rioja). Foto: César María Aguilar Gómez.

«La infinidad de obstáculos que pueblan el Iregua resulta pintiparada para una pesca metódica, de registro, que requiere una participación inteligente del pescador». Miguel Delibes, 20 de abril 1972. Río Iregua (La Rioja). Foto: César María Aguilar Gómez.

Mis amigas las truchas. Miguel Delibes. Ediciones Destino 1977.

domingo, 23 de marzo de 2025

Biografías. El impulso de fisgar.

Hay algo innato que nos impulsa a querer saber más de los demás, un interés por fisgar en la vida de otros. No descubro nada y en su vertiente más entrometida es el motivo de la prensa rosa.

Probablemente este impulso tenga una base biológica, además de cultural. Si así fuera, sería un rasgo adaptativo exitoso fijado por la selección natural a lo largo de nuestra historia evolutiva.

Como animales sociales, querer saber de los demás solo puede traernos ventajas: nos da información para nuestras relaciones, nos muestra vivencias de las que extraer conclusiones y nos proporciona pautas, ideas o caminos a considerar. En definitiva información que puede contribuir a un mayor éxito biológico.

Esta curiosidad, creo yo, es la que nos lleva a leer biografías. A mí me atraen las de personas que han dedicado tiempo a algo que admiro o que me hubiera gustado vivir. O simplemente fue porque un día me crucé con alguna información de ellos, tan sorprendente que quise saber más de esa persona.

Por aquí dejo una muestra de algunos de esos libros y vidas en las que metí la nariz el pasado 2024.


El científico. Edward O. Wilson, una vida en la naturaleza. Richard Rhodes. 

Todo biólogo ha estudiado en ecología a Edward O. Wilson, considerado uno de los biólogos evolucionista más importantes tras Darwin. Entre sus contribuciones está la teoría biogeográfica de islas y la popularización del término biodiversidad. Wilson ha escrito muchas y significativas obras divulgativas que he devorado maravillado. Y lo ha hecho hasta el final de su larga e intensa vida. De esta biografía lo que más me ha sorprendido ha sido la pugna que mantuvo para mantener el perfil de los naturalistas en la ciencia cuando la biología molecular se postulaba como el único camino a seguir en la biología. Una biografía muy recomendable.

 

Hugo Pratt. El deseo de ser inútil. Recuerdos y reflexiones. Conversaciones con Dominique Petitfaux.

Hugo Pratt es el creador del personaje de cómic Corto Maltés. A poco que uno ojee cualquiera de sus historias gráficas se da cuenta de que su dibujante y guionista bebe de fuentes culturales que la mayoría de los lectores no sabíamos ni que existían. No es casualidad. La vida de Hugo ha sido tan fascinante como la de su personaje. Parece que el dibujante siempre fue reacio a hablar de sí mismo, pero en este libro, que transcribe una serie de entrevistas sobre su vida, lo hace y no sabe cuánto se lo agradecemos muchos de los seguidores de Corto Maltés. Y por cierto, el título del libro es impagable.


El hombre de las dos patrias. Tras las huellas de Albert Camus. Javier Reverte.

Este libro de Javier Reverte no es en sí un biografía al uso. Es el libro de un viaje que hace a Argelia a los paisajes del filósofo existencialista para entender mejor su obra. Esto es lo que ha venido haciendo con muchos de sus mitos literarios y es un formato que me gusta bastante porque mezcla literatura de viaje y biografía, dos de mis géneros preferidos de no ficción. En este nos sumerge en uno de los filósofos y escritores más influyentes y rupturistas del siglo XX.

 

 

Possuelo, El hombre que paró el tiempo. Relatos amazónicos. Luis Miguel Domínguez.

Conocí la existencia de Sydney Possuelo, el indigenista brasileño que dedicaba su vida a defender indios no contactados, a través de Javier Moro y su libro Senderos de Libertad, una historia sobre la defensa del Amazonas y la vida de Chico Mendes de finales del siglo XX. Lo que no sabía es que Luis Miguel Domínguez, el naturalista y productor español de series documentales, había tenido una relación tan estrecha con él como para pretender contar su vida con la ayuda de Sydney. Para mi gusto Luis Miguel flojea como escritor, pero en este libro no le pido tanto ese perfil como la posibilidad de darnos a conocer la vida de este activista que estaba sin contar.

 

Noam Chomsky. Una vida de discrepancia. Robert F. Barsky.

Chomsky no necesita presentación, es uno de los intelectuales estadounidenses vivos con mayor presencia política, social y académica en el último medio siglo. Su obra política, de orientación libertaria, su contribución a la lingüística y su activismo y toma de posiciones en la política estadounidense y mundial son bastante conocidas, desde Israel (Noam es judío) hasta todo tipo de guerras y conflictos mundiales. Se esté o no de acuerdo con él, hay que reconocer que su capacidad de análisis y escritura es de otro planeta. Esta biografía me ha parecido interesante, pero "dura" de seguir. No siempre todo está al alcance de los profanos.

 

 

Siete vidas y media. Recuerdos. Alberto Vázquez-Figueroa.

Alberto Vázquez-Figueroa es uno de los escritores españoles de bestseller más prolífico. De todo es capaz de sacar una novela, la gran mayoría de ellas relacionadas con viajes o vivencias propias. Yo apenas he leído alguna cosa de él, no me ha atraído en exceso su fórmula generalista, sin embargo después de escucharle una entrevista vi que tras su oficio había un tipo bien vivido y me dio curiosidad. Indagué y realmente era así. Di con este libro que se aproxima a una biografía, y digo se aproxima porque, como le pasa a muchos con su perfil, no tenía mucho interés en contar su vida. Él pensaba que su obra eran sus libros, no sus vivencias. Ambas cosas, creo yo.


El río. Exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica. Wade Davis.

Este libro se ha vuelto un clásico en toda América y ha sido reeditado bastantes veces. Es especialmente popular en Colombia, donde me lo recomendaron cuando no había oído hablar ni de él ni de su protagonista, el botánico norteamericano Richard Evans Schultes. El río es un libro extenso escrito por uno de sus discípulos, Wade Davis, que recoge tanto sus recuerdos de viajes para los trabajos académicos de Schultes y su equipo, como la biografía de su mentor en los años de exploraciones por México y el Amazonas al rescate de conocimientos indígenas de las plantas, especialmente las de efectos psicotrópicos que venían usándose desde antiguo y de las que, a nivel científico, se desconocía casi todo: peyote, ayahuasca, coca... Todo un hallazgo de historia, personaje y libro.


Una vida en nuestro planeta. Mi testimonio y una visión para el futuro. David Attenborough.

David Attenborough sigue produciendo con su más de 90 años. Aunque la inmensa mayoría de lo que ha hecho ha sido audiovisual, recientemente ha publicado este libro que acompaña a un documental. Como dice el título, en él da cuenta del mundo que ha visto y cómo se encontraba. Además, reflexiona sobre hacia dónde deberíamos encaminarnos si queremos mantener esa biodiversidad que tan ampliamente ha documentado y que es el soporte de nuestra existencia en la Tierra. Por ello, este no este libro no es una biografía tal cual, pero sí hay muchas de sus vivencias en los capítulos de la primera parte que me ha encantando descubrir.

lunes, 10 de marzo de 2025

Hábitat para el quebrantahuesos en La Rioja.

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) desapareció del Sistema Ibérico riojano hacia mediados del siglo XX. En las últimas décadas las observaciones de aves dispersantes en estas montañas han sido cada vez más frecuentes. La mayoría de esos ejemplares pasan por aquí días, semanas e incluso meses y son jóvenes o subadultos, tanto nacidos de forma natural en el Pirineo como liberados en alguno de los proyectos de reintroducción que hay en España (Maestrazgo y Cazorla).

Esta dinámica propició que en 2022 y 2023 una pareja se asentara en el Alto Najerilla e hiciera sendos intentos de nidificación. Desafortunadamente ambos fracasaron por causas naturales y, para colmo de males, unos meses después del último intento la hembra murió en un movimiento de dispersión fuera de la región.

A pesar de aquel fracaso, lo relevante es que el Sistema Ibérico riojano cuenta con áreas favorables para recuperar una población reproductora de la especie. Esta es la idea que hemos comunicado en un póster presentado en el 26 Congreso Español de Ornitología celebrado días atrás, del 12 al 14 de febrero de 2025, en Valencia. En él se resume el análisis que realizamos para identificar zonas donde un posible proyecto de reintroducción podría contar con mayores garantías de éxito.

Póster presentado en el 26 Congreso Español de Ornitología organizado días atrás, del 12 al 14 de febrero de 2025 en Valencia por la Sociedad Española de Ornitología (SEO).



 

Adulto de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) tomando corrientes térmicas que se forman en los paredones calizos de las montañas que frecuenta. Ejemplar fotografiado en el Pirineo aragonés. Foto: César María Aguilar Gómez.


Cabecera del río Portilla, la presencia de ganadería extensiva, que aprovecha los pastos calizos, y la abundancia de ungulados silvestres favorecen la presencia de restos óseos de carroñas de los que se alimenta. Sistema Ibérico riojano. Foto: César María Aguilar Gómez.




Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) joven con plumaje oscuro, muy diferente de la coloración que tendrá de adulto. Durante varios años, los jóvenes y subadultos realizan amplios desplazamientos territoriales que les llevan a visitar cordilleras diferentes a las que nacieron. Fruto de esas exploraciones llegan aves al Sistema Ibérico riojano. Ejemplar fotografiado en el Pirineo aragonés. Foto: César María Aguilar Gómez. Gómez








lunes, 3 de marzo de 2025

Espacios en blanco

A mediados de los noventa recuerdo escuchar a Reinhold Messner, la primera persona que había conseguido los 14 ochomiles de la Tierra sin oxigeno, decir que las montañas necesitaban recuperar “espacios en blanco”, White Wilderness los llamaba. Fue en una entrevista que le hizo para EITB el periodista Roge Blasco en su programa “Doctor Livingstone Supongo”. 

Con ello Messer se refería a que ya se había cartografiado prácticamente todo, se había llegado a la mayoría de las montañas y el mundo se estaba quedando pequeño a base de proporcionar todo tipo detalles para rutas, ascensiones y escaladas a los lugares, hasta entonces, casi inaccesibles. Una época estaba a punto de acabar, se lamentaba. Y proponía dejar de compartir tanta información sobre cómo llegar o acceder a los lugares, permitir que los que vinieran después tuvieran el derecho a hacer sus propios “descubrimientos” y elecciones.

Si hace tres décadas a Messner el mundo ya le parecía demasiado hollado, no sé que pensará hoy a sus 80 años con toda la masificación deportiva. En eso andaba hoy pensando mientras caminaba solo, al tuntún, con el silencio que proporciona la nieve por una zona montañosa del Sistema Ibérico riojano disfrutando del inmenso espacio en blanco que me ha regalado una nevada y una niebla diáfana.

Hay descanso en contemplar y caminar por un paisaje reducido a casi nada. Hay liberación en prescindir de la tiranía de los estímulos. Es como si a ese paisaje, que conozco de haber recorrido varias veces, le hubieran pasado una de esas herramientas de borrado de pixeles que tienen los programas de edición de imágenes dejando solo unas referencias a las que asir la mirada: un vallado, unas piedras, unas briznas de hierba, unos árboles.

 

Apenas lugares donde posar la mirada. Sin huellas, sin viento, sin ruidos. Sistema Ibérico (La Rioja). Marzo 2025. Foto: César María Aguilar Gómez.

Bajo la nieve los enebros (Junniperus sp) desdibujan sus formas. Sistema Ibérico (La Rioja). Marzo 2025. Foto: César María Aguilar Gómez.

El blanco tiene sus matices, la niebla torna de azul plomizo algunos de los escasos horizontes. Las briznas muertas de las hierbas, crecidas en verano, son ahora muestrarios de cristales de hielo. Sistema Ibérico (La Rioja). Marzo 2025. Foto: César María Aguilar Gómez.

Tras toda la noche aguantando bajas temperaturas y una nevada suave y constante, los pinares (Pinus sylvestris) aún no se han desecho de la nieve recibida. Sistema Ibérico (La Rioja). Marzo 2025. Foto: César María Aguilar Gómez.

Solo la suerte hace que las únicas aves que llegué a ver en este desierto blanco fueran unas de las más coloridas de la avifauna local: jilgueros (Carduelis carduelis). Sistema Ibérico (La Rioja). Marzo 2025. Foto: César María Aguilar Gómez.

El pelaje de invierno libra a este zorro (Vulpes vulpes) de las bajas temperaturas, pero no del hambre y del esfuerzo que debe costar encontrar hoy algo por aquí para comer. Sistema Ibérico (La Rioja). Marzo 2025. Foto: César María Aguilar Gómez.

Negro sobre blanco. Nunca me ha venido tan bien el gorro que mi hermano David se trajo en los noventa de sus años por Moscú, cuando decía que patinaba en el hielo del río de aquella ciudad. Sistema Ibérico (La Rioja). Marzo 2025. Foto: César María Aguilar Gómez.

sábado, 15 de febrero de 2025

Laberinto mar. Un viaje por la vida y la historia de nuestras costas (libro).

Mi primer libro de 2025 ha sido este de Noemí Sabugal. Salido de imprenta hace solo unos meses y la estupenda Biblioteca de La Rioja ya lo había adquirido para su catálogo. La idea de reunir en un solo libro todo lo relativo al mar y las costas españolas me pareció una propuesta interesante cuando ojeé el ejemplar.

A lo largo de varios años Noemí indagó y leyó historia y literatura marina, recorrió puertos, costas, museos y se entrevistó con todo aquel que tuviera algo que contar. Desde todas las perspectivas: histórica, social y natural. Por todas las geografías: del litoral peninsular, Atlántico y Mediterráneo, a los insulares de Canarias y Baleares.

Con todo ello ha hecho una narración saltarina y fluida que va de aquí para allá, de costa a costa, sin la atadura de un itinerario concreto, dejándose llevar a donde le conduzca el relato. Por sus páginas pasan oficios, industrias, aficiones, huidas, supervivientes y ladrones de tesoros. También náufragos, piratas, nadadores, narcos, balleneros, arrantzales, ornitólogos, mariscadores y oceanógrafos.

Una lectura, como otras de mar, que a mí me gustan para el invierno, cuando al desamparo de la intemperie, el viento y el salitre uno contrapone el confort y el calor del hogar. Un relato que he aderezado con mis propias imágenes marinas, las de muchos recorridos por las costas ibéricas e insulares, de las que traigo aquí abajo algunas fotos..

Laberinto mar. Noemí Sabugal. Alfaguara 2024. 379 pp.

La costa árida del Cabo de Gata es uno de los pocos tramos del litoral mediterráneo español que se ha librado del proceso que Noemí Sabugal denomina legolización el apilamiento de ladrillos como si fuera un juego de Lego para construir hoteles y apartamentos. Aun así la amenaza sigue, como la del hotel Algarrobico, en Carboneras, paralizado desde hace dos décadas y símbolo de las construcciones ilegales junto al mar. El Plazayo y Rodalquilar. P. N. Cabo de Gata (Almería). Foto: César María Aguilar Gómez.

El puerto de Burela (Lugo) es uno de los que todavía mantiene una importante actividad en el mar Cantábrico. De allí parten barcos para pesquerías de bajura y los que van a Gran Sol. Barco bonitero Reina del Carmen, un barco amarrado en el puerto cuya visita merece la pena, sobre todo si, como a nosotros, te lo explica un marinero de verdad que usó y conoce todo lo que el barco contiene. Foto: César María Aguilar Gómez.

«Allí donde más rompe la ola, donde las aguas se oxigenan más, es donde crecen los percebes que los percebeiros arrancan con la ferrada, una especie de lanza con una hoja cortante de  hierro o acero que sirve para despegarlos de las rocas (...). En las lonjas gallegas se venden cada año más de doscientas toneladas de percebe, con unos ingresos que se acercan a los nueve millones de euros», Laberinto mar,  Noemí Sabugal. Percebes (Pollicipes pollicipes). Ribadeo (Lugo). Foto: César María Aguilar Gómez.

Maqueta de la nao San Juan, embarcación ballenera encontrada en 1978 en Terranova, estudiada por arqueólogos canadienses y que es el barco del siglo XVI mejor conservado del mundo. La nao original fue construida en Pasaia y actualmente la asociación Albaola ha creado un astillero-museo para construirla de nuevo con técnicas y materiales de aquella época. Ilustración de la exposición del museo. Pasaia (Gipuzkoa). Foto: César María Aguilar Gómez.

Hasta 1985 se mantuvo en España una industria para la caza de ballenas, en 1986 entró en vigor la actual moratoria. Imagen del despiece de un rorcual (Balaenoptera sp) en 1965 en la factoría de Morás (Lugo). Imagen expuesta en el Museo Provincial do Mar, San Ciproán (Lugo). Foto: César María Aguilar Gómez.


Amaneciendo frente al faro de la isla mayor de Las Columbretes, un cráter volcánico parcialmente sumergido situado en el Mediterráneo entre el litoral de Castellón y las Islas Baleares. Reserva Natural Islas Columbretes. Foto: César María Aguilar Gómez.

 

A finales de septiembre crecen los pollos del halcón de Eleonora​ (Falco eleonorae) gracias a las capturas que hacen los adultos de pequeños pájaros migradores que atraviesan el Mediterráneo hacia África. Esta rapaz retrasa su reproducción para hacerla coincidir con este maná alimenticio. Reserva Natural Islas Columbretes. Foto: César María Aguilar Gómez.

Linterna del faro situado en el cabo Estaca de Bares, el lugar más al norte de España, un entrante de tierra con acantilados sobre el Cantábrico frente al que cada año pasan en migración más de un millón y medio de aves marinas. Desde aquí se censa el paso junto a la costa de alcatraces, págalos, charranes y pardelas. La Coruña. Foto: César María Aguilar Gómez.

A pie de puerto, las capturas que los hombres hacían en el mar daban trabajo a las mujeres en la industria conservera. Escudo en el edificio de la antigua fábrica de conservas Ártica. Cariño (La Coruña). Foto: César María Aguilar Gómez.

En las praderas de Posidonia los cardúmenes de salema (Sarpa salpa) ramonean los frondes de sus hojas y los invertebrados que sobre ellas crecen. P.N. Cabo de Gata (Almería). Foto: César María Aguilar Gómez.




















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