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Los dos saltos de Gocta. C.M. Aguilar Gómez. |
El paisaje del valle del río Utcubamba, un afluente del río Marañón, cambia un poco de lo que viene siendo el paisaje de la zona de La Esperanza. Al menos en el fondo del valle ya que por aquí se interna, entre los bosques de neblina, otro tipo de hábitat que llaman bosque seco ecuatorial. Este valle se recorre entre las localidades de Pedro Ruiz y Chachapoyas y en él llama la atención la presencia de unos cactus estrechos y altos en el fondo de la garganta. A medio camino de este recorrido se encuentra el acceso a la población de Cocachimba desde donde se inicia la caminata a la cascada Gocta. Por todo el entorno se ven numerosos saltos de agua, dicen que más de veinte pero de ellos este de Gocta es uno de los más espectaculares y el que salva un desnivel de mayor tamaño, algo más de 700 metros en solo dos saltos.
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Helecho arborescente. C.M. Aguilar Gómez. |
Hasta hace unos años este salto era conocido solo por los lugareños, nadie había reparado en él hasta que alguien vino y le dio por medirlo. En un principio se presentó como la tercera cascada más grande del mundo, la primera sería el conocido Salto del Ángel y la segunda otra que no recuerdo su nombre en Sudáfrica. Pero en esto de los récords siempre hay controversia y todos se quieren llevar el gato al agua, así que luego salieron con que si esta de aquí en realidad no era una única cascada, sino que estaba formada por dos saltos de agua consecutivos. La verdad es que poco importan esas apreciaciones porque el salto de Gocta es impresionante, eso sí en dos saltos uno de unos 300 metros y un segundo de 400 metros.
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Caudal en época de lluvias. C.M. Aguilar Gómez. |
Como estamos en época de lluvias los ríos están a rebosar de agua, así que la cascada va más repleta de agua que nunca. Sin embargo, el precio que hubo que pagar fueron unos cuatro aguaceros intensos en el camino de ida y vuelta y otros tantos “calabobos” entre medio. Desde la localidad de Cocachimba se tarda unas 2-3 horas para ir y parecido tiempo para regresar. Sin embargo nosotros tuvimos que sumarle una hora más de subida hasta la localidad ya que no encontramos vehículo desde el cruce de la carretera principal hasta allí. El barranco en el que está la cascada es nuevamente bosque de neblina y supuestamente un sitio excepcional para ver varios endemismos de aves de la zona entre ellos un pequeño pícido. Pero con tanta lluvia a penas hubo ocasión para sacar los prismáticos, solo en una ocasión en que paró un poco la lluvia y pudimos tener a un par de gallitos de las rocas bien cerca encima del camino. Después de un par de semanas por estos bosques compruebo que ver esa especie no era tan difícil como imaginé, solo hay que dar con los sitios adecuados y este sendero a Gocta es uno de ellos además con bichos acostumbrados al paso de gente.
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Caída final, en el círculo nosotros. C.M. Aguilar Gómez. |
El último salto de la cascada es tan alto que el agua llega a la base como una amplia cortina de agua que el viento dispersa. Al final del recorrido acabamos calados a una distancia de unos 100-200 del golpe de agua, en parte ya veníamos empapados de la lluvia pero estando allí un rato era el propio salto de agua el que te mojaba directamente. Hasta el hecho de sacar fotos era complicado, ya que el objetivo enseguida se te llenaba de gotitas de agua, así que permanecimos poco rato cerca, además pienso que se disfruta más a cierta distancia cuando se aprecia mejor su altura real. En cualquier caso el sitio es de los que merecen la pena visitar y la larga aproximación a pie recorriendo el barranco le da un encanto especial. Y esta es solo una de las visitas posibles ya que hay otros dos recorridos que se pueden hacer, uno a la parte alta y otro al medio de los dos saltos, aunque para ello hay que acceder desde otras localidades. Para nosotros con esta caminata suficiente.
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