jueves, 25 de agosto de 2022

Pirineos (2022). Modo verano.

Destino cercano, Km casi 0, bueno... 0+300: Pirineo Central. Amplias zonas sin wifi (¡existen! afortunadamente) paisajes conocidos, algunos idealizados tras décadas sin pisarlos, otros por conocer.  Sin planes, solo dos semanas, una furgoneta, dos hamacas, cuatro pies trotones y un alijo de libros para gandulear.  Nada por obligación. No más de dos noches en un mismo sitio.

Mañanas soleadas, tardes de tormentas. «Anoche era un tigre y hoy soy un ratón». Tormentas, tormentas, tormentas… y así 5 días consecutivos. Granizan pelotas de ping-pong  y el techo de la furgoneta pierde su inocencia. Recuerdo el principio de la campana de Gauss por el que un rayo que cayera sobre un vehículo no socarraría a sus ocupantes. Los esfínteres no conocen la teoría. 

Pete Fromm, ha leído demasiados libros de hombres de las montañas y ahora anda pagando las consecuencias en una tienda de campaña: pasará todo el invierno cuidando huevas de salmón en Indian Creek. ¡Y con solo seis libros para siete meses! Como acto de empatía leo la historia del pintor de bosques en Islandia, donde apenas hay arbolado, y recorro los sótanos del mundo con Ander Izagirre.

De regreso a las cumbres encuentro pastos con flora agostada. El “espantabrujas” irradia su luz en los collados y el edelweiss da frío con solo mirarlo. Imagino los macizos calizos horadados como quesos de gruyer al ver fuentes y surgencias en sitios inverosímiles. Es mi primera vez en el corazón granítico del Pirineo y tengo la sensación de estar andando sobre una enorme encimera de cocina.

Ibones, pino negro, rododendros con las flores más secas que la mojama y gritos de marmota. Y en las horas centrales, los saltamontes no paran de dar la tabarra: estridulan luego existen. También existen las perdices pardillas, aunque para ello tienen que colaborar y alzar el vuelo de ese enebral que las acoge, y el mirlo capiblanco y el quebrantahuesos. Una diversidad de vida tan próxima que a veces nos llega a parecer “lo normal”. Basta mirarlo con ojos de Marcovaldo para descubrir el tesoro que son estos Pirineos. Hasta en agosto.

 

Aviso en la entrada del Camping de Pineta. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca

Valle de Pineta, modelado glaciar "de libro". P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Flores de acónito (Aconitum sp). Planta tan bella como venenosa. Valle de Pineta. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Arcyptera fusca. El amor está en el aire: «Estridula que algo queda». Valle de Pineta. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Carlina acanthifolia. "Espantabrujas". Clavados en las puertas de las casas de los pueblos del Pirineo su aspecto de gran sol hacía creer a sus habitantes que espantaba los malos espíritus de la noche. Valle de Pineta. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Tormentas, tormentas, tormentas... Puntuales como un reloj. Valle de Pineta. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Edelweiss o flor de las nieves (Leontopodium alpinum), un elemento alpino creciendo en los pastizales calizos. Valle de Pineta. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Atardecer sobre Bielsa. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Nueva generación de golondrinas comunes (Hirundo rustica) reclamando su ración a la hora del almuerzo. Bielsa. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Adelfilla (Chamaenerion angustifolium) floreciendo al frescor del río Cinqueta. San Juan de Plan. Huesca.
Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Adulto de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) sobrevolando el paso de la Inclusa. Plan. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Bordas de Viadós. P.N. Posets-Maladeta. San Juan de Plan. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Turberas con helechos, musgos y rododendros. P.N. Posets-Maladeta. San Juan de Plan. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Varibilidad de diseños de los caracoles Cepaea sp. P.N. Posets-Maladeta. San Juan de Plan. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Ibón Pixón. P.N. Posets-Maladeta. San Juan de Plan. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Inscripción en Casa de Domingo de Rin. Plan. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Gargantas del río Yaga. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Escuaín. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Tritón pirenaico (Calotriton asper) anfibio endémico de estas montañas. P.N. Posets-Maladeta. San Juan de Plan. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Fuenblanca. Cañón de Añisclo. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Esfinge de las lechetreznas (Hyles euphorbiae), el encanto de lo diminuto. P.N. Posets-Maladeta. Puerto Sahún. Huesca. Agosto 2022.Foto: César María Aguilar Gómez.

Centinela avisando a la colonia, voz en grito. Marmota alpina (Marmota marmota) extinguida en el Pirineo durante el último periodo posglaciar y reintroducida en la vertiente francesa en 1948. Cañón de Añisclo. P.N. Ordesa y Monte Perdido. Huesca. Agosto 2022. Foto: César María Aguilar Gómez.

Sin libros no hay paraíso. Ni paraíso sin hamacas.

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