miércoles, 22 de noviembre de 2023

La memoria del bosque. Antiguas dehesas en Quintanar de Rioja.

Los bosques guardan memoria de lo que fueron. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX las masas forestales en buena parte de la península Ibérica se han recuperado favorecidas por el éxodo rural. Ya no se carbonea, no hay bueyes, mulas, caballos o burros que pasten próximos a los pueblos, hay muchos menos rebaños demandando prados de diente y la saca de leñas es una actividad marginal.

En Quintanar de Rioja sus bosques guardan algunas pistas de esos cambios. Hoy en día los hayedos de la localidad aparentan una edad homogénea, sin embargo varios de ellos ocultan pies centenarios con huecos donde se refugia el cárabo y madera muerta donde hacen sus puestas coleópteros escasos y amenazados como la Rosalia alpina. Son los árboles de las antiguas dehesas boyales.

En La Rioja, como en toda la península Ibérica, los bosques viejos en un sentido estricto no existen. Así, quizás lo más parecido que tengamos a ellos sean estas dehesas “engullidas” por el crecimiento del bosque que se produjo tras su abandono, hace ya más de medio siglo. Recorrer las de Quintanar de Rioja, el pueblo de mi padre, buscando los viejos pies trasmochos, ahora ocultos en la espesura, es un placer que me doy varias veces al año. En otoño lucen como auténticos tesoros.

La foto aérea de los años 50 deja ver con gran nitidez las antiguas dehesas formadas por grandes pies, principalmente de hayas, pero en algunos lugares también de robles. Todo a su alrededor eran pastos, matorral o monte bajo de rebollos para leñas (Quercus pyrenaica). La evolución del bosque que se aprecia en las dos siguientes fotos (1977, 2022) es muy notoria.
 
La edad y porte de estos viejos pies dentro del hayedo nos hablan de una antigua dehesa boyal en estas laderas expuestas a los frentes húmedos del noroeste. Quintanar de Rioja (La Rioja). Noviembre 2023. Foto: César María Aguilar Gómez.

La madera muerta en pie es características de los bosques maduros y aporta un hábitat para hongos, flora y fauna que participan del reciclaje de la materia vegetal. Quintanar de Rioja (La Rioja). Noviembre 2023. Foto: César María Aguilar Gómez.
Rodeados por una masa forestal con pies de la misma edad, estos restos de la vieja dehesa son “islas” de diversidad dentro del bosque. Quintanar de Rioja (La Rioja). Noviembre 2023. Foto: César María Aguilar Gómez.

Las hayas, en condiciones normales, crecen rectas buscando la luz. Los engrosamientos, las deformidades y los portes tortuosos reflejan un manejo por parte del hombre. Quintanar de Rioja (La Rioja). Noviembre 2023. Foto: César María Aguilar Gómez.

En muchos pies es fácil reconocer las podas llamadas “de horca y pendón”, típicas de las dehesas, que favorecían el crecimiento de ramas horizontales a mitad del tronco (las horcas) y varias ramas verticales (los pendones). Quintanar de Rioja (La Rioja). Noviembre 2023. Foto: César María Aguilar Gómez.

Estos árboles han necesitado en torno a dos siglos de manejo para adquirir estas formas. El aprovechamiento actual del bosque ya no los produce, de modo que son un patrimonio histórico y natural casi irrepetible. Quintanar de Rioja (La Rioja). Noviembre 2023. Foto: César María Aguilar Gómez.
La gran mayoría de estos troncos esconden un secreto: están huecos por dentro. Rapaces nocturnas como el cárabo descansan y crían en su interior, mamíferos como la garduña los utilizan como refugios, así como el ratón leonado, un habitual trepador de árboles en bosques caducifolios. Quintanar de Rioja (La Rioja). Noviembre 2023. Foto: César María Aguilar Gómez.
La Rosalia alpina es un escaso y llamativo cerambícido asociado, casi de forma exclusiva, a los hayedos. Su presencia está ligada a la existencia de madera muerta en cuyo interior sus larvas pasan de dos a tres años de desarrollo. Foto: César María Aguilar Gómez.
Aspecto a finales de abril de la ladera con la dehesa oculta donde se ubican los árboles fotografiados en esta entrada. Los brotes verdes de las laderas son los de las hojas recién salidas de las hayas. Las hojas del rebollo aún no han brotado. Quintanar de Rioja (La Rioja). Foto: César María Aguilar Gómez.
Un paseo por las laderas del hayedo reseñado da para localizar más de 60 pies de una de aquellas dehesas que se veían en la foto aérea de 1956. Quintanar de Rioja (La Rioja). Imagen de Google Earth con geolocalizaciones de los árboles encontrados este noviembre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios a las entradas siempre son bienvenidos, trataré de contestar a todos ellos.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...